Recetas de albóndigas hay muchísimas, pero como las albóndigas suecas ninguna; o al menos eso suelen decir quienes las han probado alguna vez. Estas se caracterizan por ser de sabor muy potente y tener una cremosidad al morder que las convierte en todo un acierto a la hora de comer.
Gracias a que tienen una importante cantidad de especias, las albóndigas suecas se caracterizan por ser aromáticas y combinar de manera magnífica con guarniciones sencillas y da sabor neutro e incluso algo dulce. Si quieres deleitar a todos con una receta diferente y un sabor exquisito, quédate a conocer cómo prepararlas.
5Prepara todo para freír las albóndigas
Tal como te he comentado hace algunas líneas, la preparación de estas albóndigas suecas, es diferente a las tradicionales, las cuales se fríen en aceite de oliva. En este caso, para freírlas se utiliza mantequilla y un poco de aceite para que así absorban todo el sabor y aroma de la mantequilla.
Pon una sartén al fuego y pon a calentar aceite de oliva y añade una cucharada de mantequilla (puedes utilizar mantequilla casera). Espera que la sartén esté caliente y pon a freír las albóndigas suecas. Cuando estén doradas en todos lados, retíralas a un plato y cúbrelas con papel aluminio.