Se trata de un onomástico que es muy reconocido en la ciudad de Toledo, por tratarse de una historia en la que estuvo involucrada la venganza en contra de la Santa Inquisición del año 1491. Se dice que su nombre era Cristóbal, y de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística, en España hay que felicitar a los más de 30.000 caballeros que fueron bautizados con ese nombre.
El Santo Niño de La Guardia
La mayoría de las tradiciones le asignan al Santo Niño de La Guardia el nombre de Cristóbal, y lo que se cuenta sobre la leyenda de este santo es que se trató en realidad de un asesinato cometido en contra de un menor por un grupo de judíos en el año 1491, en la ciudad de Toledo. De acuerdo con lo que se cuenta, la causa de ello fue llevar a cabo una venganza en contra de los actos que había ejecutado la Santa Inquisición, porque se quiso hacer un escarmiento a la comunidad cristiana por medio del secuestro de un niño, que fue sometido a muchas torturas.
Según se cuenta, los supuestos responsables del secuestro y muerte del Santo Niño de La Guardia escucharon una narración de un judío de nombre Benito de las Mesuras acerca de algunas de las prácticas nigrománticas a las que fueron sometidos los judíos de la mano de los inquisidores y este judío les hizo creer que si lograban quemar el corazón de un niño, junto con una hostia consagrada, podrían obtener unas cenizas que eran veneno para hacerle daño a los cristianos. Convencidos de la verdad de las palabras de Benito, un grupo de judíos se puso a la búsqueda de una víctima, encontrándose a un niño que pedía limosna a las puertas de la catedral de Toledo, concretamente en la puerta del Perdón. Luego de someter al niño a múltiples vejaciones, que fueron las mismas a las que se sometió a Jesús de Nazaret, esto es, que fue azotado, coronado con una corona de espinas y crucificado, tuvieron la idea de llevar los objetos que habían sido obtenido con sus malas prácticas hasta la Aljama Mayor en Zamora, pero se les capturó por las autoridades antes de llegar a su destino.
Lo que también cuentan las tradiciones es que la hostia que fue utilizada para martirizar al Santo Niño de La Guardia, pudo ser conservada en el Convento de Santo Tomás, y que en el año 1599, el momento en que la peste de la plaga azotaba con mayor crueldad la población de Ávila, fue sacada en procesión, atribuyéndosele el milagro de que la peste cesara.
Aunque la recordación del Santo Niño de La Guardia es sumamente importante, el día 25 de septiembre el Santoral Católico también rinde honores a otros santos y beatos que fueron de gran inspiración por sus obras y sus vidas para la congregación cristiana del mundo, pudiendo mencionar a San Cleofás, San Anacario de Auxerre, San Cristóbal de La Guardia, San Ermenfredo de Cusance, San Eucarpo mártir, San Fermín de Amiens, San Finbarro de Cloyne, San Principio de Soissons, San Sergio de Radonez, San Solemne de Chartres, Santa Tata mártir y Beato Marcos Criado.