El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recordado el discurso que pronunció el expresidente chileno Salvador Allende ante la Asamblea General de la ONU en 1972 como un «arranque memorable» y «más necesario que nunca» en la agenda de los gobiernos progresistas.
Así se ha expresado Sánchez en el acto de homenaje por el 50 aniversario del discurso de Allende ante la Asamblea General de la ONU, que se ha celebrado en el Instituto Cervantes de Nueva York y en el que también ha estado presente el presidente de Chile, Gabriel Boric, y ha sido invitada la hija del expresidente chileno, Isabel Allende, que ha dedicado unas palabras a su padre al comienzo del acto.
«Su voz es fuente de inspiración en muchos otros discursos que permanecen injustamente a la sombra«, ha manifestado Sánchez en su intervención en la que ha citado el «arranque memorable» del discurso del exmandatario chileno y mítico entre la socialdemocracia mundial.
«Vengo de Chile, un país pequeño, pero donde hoy cualquier ciudadano es libre de expresarse como mejor prefiera, de irrestricta tolerancia cultural, religiosa e ideológica, donde la discriminación racial no tiene cabida», dijo entonces Allende, quien se suicidó apenas un año después durante el golpe de Estado protagonizado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Sánchez ha subrayado que estas palabras parecen interpelar al Chile que hoy se está construyendo «con tanta pasión y empeño» y ha hecho un llamamiento a los líderes progresistas para encabezar «la marcha hacia el futuro» con las bases de justicia social y mostrando «determinación en un tiempo en el que se vuelve a mirar hacia el Estado para contener tanta incertidumbre«.
«Hoy nuestra meta colectiva parte del mismo ideal: proteger el derecho de los más débiles, repartir las cargas. Que los que más tienen se comprometan y contribuyan en la medida que les corresponden es un asunto de soberanía», ha apostillado.
En este punto, ha enfatizado en que la crisis alimentaria y el alza de los precios «son derivadas de un conflicto que amenaza a la mayoría social» y que es un «mandato irrenunciable» para los Gobiernos progresistas protegerla «tal y como hizo Allende», ha recordado.