La pandemia ha traído consecuencias poco placenteras para las empresas dedicadas al mundo de la hostelería. Una gran mayoría ha tenido muy complicado subsistir a esta situación y seguir con vida en esta última etapa, y las terrazas han tenido mucho que ver. Con el buen tiempo en los meses más cálidos del año, la producción aumenta exponencialmente y el hecho de tener más o menos terrazas que el bar de enfrente, es un factor decisivo. Las dos principales ciudades del país, Madrid y Barcelona, han empleado diferentes normativas para ampliar o retirar esas ‘terrazas covid’ que pusieron en los meses más duros de la pandemia, que ayudaron en términos sanitarios pero perjudicaron en aspectos de terreno que han ido quitando a los vecinos.
Madrid y su ampliación ‘sin frenos’
Los datos son claros. Los hosteleros en Madrid salieron de la pandemia con 4.500 mesas más en sus terrazas. La capital del país es hoy una ciudad con muchas más terrazas en el espacio público que las que tenía antes de que apareciera la COVID-19. En total, hay 27.800 m2 más que hace dos años.
Hoy en día, los distritos madrileños con más terrazas son Chamberí, Chamartín y el Centro. Muchos de los vecinos que residen en estas zonas han puesto quejas sobre todo el terreno que están perdiendo como viandantes, en unos espacios que estaban fabricados debido a la COVID, y que no solo no han retirado, sino que siguen ampliando. Las plazas de aparcamiento han sido el sitio fetiche para realizar dicha ampliación, y también hay dichas aceras y parques que siguen aumentando más mesas.
La polémica está por consecuente más que servida entre los políticos que no se ponen de acuerdo y los vecinos que tienen muy clara su posición: que vuelvan los límites donde estaban antes de la pandemia. Por el otro lado, el sector político está dividido. A lo largo de estos dos años, gobierno local y autonómico han estado en acuerdo y en desacuerdo sobre este tema. La realidad es que las terrazas siguen aumentando en número y la apuesta por agradecer y devolver al sector hostelero todo lo que han perdido en diferentes ámbitos sigue en una línea ascendente.
Es por ello que, si todo sigue así, Madrid seguirá ampliando sus diferencias con Barcelona, teniendo de manera progresiva más y más terrazas, permitiendo que las ampliadas por la pandemia se sigan quedando, y enfadando aún más a los vecinos, pero apostando por el crecimiento y la subsistencia de la hostelería madrileña.
Barcelona y su retroceso cautelar
Sin embargo, Barcelona está teniendo una situación muy diferente a la de Madrid. El Ayuntamiento de la Ciudad Condal está tumbando siete de cada diez ‘terrazas covid’. El propio sector de la hostelería está en pie de guerra ante lo que ellos declaran que es un “incumplimiento masivo” de los compromisos de Colau. Casos muy poco parecidos a los que suceden en Madrid. El debate entra en si Colau no apuesta tanto como Almeida por la hostelería, o es más precavida que esta última.
En el sector hostelero usan el término ‘denegación masiva’ de estas terrazas ampliadas por la pandemia, mientras que el Ayuntamiento se defiende exponiendo lo siguiente: “Siempre hemos dicho que eran terrazas extraordinarias y que las de calzada podían suponer una oportunidad para ser definitivas”. Además, la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, se ha defendido también expresando que uno de los motivos de sus actos viene relacionado con el “merecido descanso de los vecinos y la accesibilidad de este espacio público para todos”.
Si todo sigue así, su objetivo es retirar antes de que el año se acabe todas las barreras amarillas que se usaron para estas ‘terrazas covid’, las llamadas ‘new jersey’. Acto que obviamente sigue aumentando el enfado del sector hostelero catalán, que ve como la situación en Madrid es totalmente opuesta y no para de pedirle explicaciones a Colau y a su gobierno.