Una conversación que tuvo lugar hace 121 años en el Hospital para Enfermos Mentales y Epilépticos de Frankfurt (Alemania) dio lugar al Alzheimer. Quien lanzaba las preguntas era un psiquiatra con experiencia en la disciplina que se encarga de estudiar los tejidos orgánicos.
Quien respondía a las preguntas, muchas veces incorrecta, era una mujer de 51 años que había ingresado en el centro un día antes del cuestionario. Se llamaban Alois Alzheimer y Auguste Deter y eran, sin saberlo, los protagonistas del primer caso documentado de la enfermedad neurodegenerativa más frecuente de nuestro tiempo: la enfermedad de Alzheimer.
El caso de Alois, la primera diagnosticada con Alzheimer en el mundo, en 1901
Auguste tenía una hija con su marido, Karl Deter, un trabajador de los ferrocarriles. Pero al fallar su salud mental él decidió que no podía cuidar de ella y la llevó al hospital para enfermos mentales y epilépticos de la ciudad. Fue allí donde su camino se cruzó con el del médico que la diagnosticaría con una enfermedad entonces nueva, pero que hoy en día afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo.
Alois Alzheimer reconstruyó la historia de la paciente: sin antecedentes familiares de alcoholismo o trastornos mentales, sin posibilidad de infección sifilítica, sin enfermedades graves anteriores. Tal y como detalló José Ramón Alonso en SciLogs, Auguste Deter era hasta comienzos de 1901 una mujer normal. Pero comenzó a delirar, imaginó que su marido la engañaba con una vecina, rompía cosas, cometía errores al cocinar, sufría episodios de terror imaginando que fallecía…
El Alzheimer, la enfermedad que destruye lentamente la memoria
Como tal, hablamos del Alzheimer como una enfermedad que es bien un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo hasta las tareas más sencillas. Las personas con Alzheimer también experimentan cambios en la conducta y la personalidad.
Los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad progresa, una persona con enfermedad de Alzheimer presentará un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.
Así es y así son sus síntomas
Es esta incapacidad para utilizar claves es la que se afecta más selectivamente en la enfermedad de Alzheimer, mientras que en el envejecimiento, esta capacidad de valernos del contexto está preservada.
A estos síntomas de memoria, se suele asociar cierto cambio de carácter predominando la apatía. Posteriormente se van sumando síntomas tales como:
- Desorientación en tiempo.
- Incapacidad para dibujar y copiar figuras.
- Incapacidad para denominar objetos comunes.
- Discapacidad para discriminar bien cosas o personas, delirios, alucinaciones y agitación.
- Finalmente, se afectan las funciones más básicas del ser humano, tales como la motora y las propias de regulación de nuestros órganos internos.
Este proceso evolutivo de síntomas se suele ir sumando de manera gradual en una media que se estima entre 5 a 15 años.
Los medicamentos pueden ayudar a las personas con la enfermedad
Actualmente, los medicamentos hacen porque estos puedan mejorar temporalmente los síntomas o retardar su progresión. Estos tratamientos pueden ayudar a las personas con enfermedad de Alzheimer a prolongar al máximo sus funciones y a desenvolverse de forma independiente por un tiempo.
Asimismo, y aunque todavía sigue siendo una enfermedad que no tiene cura, los científicos han hecho diversas valoraciones en todo este tiempo, algunas de las cuales conduciría a la cura de este tipo de demencia.
Los avances para una posible cura
Es más; los estudios novedosos sobre la cura y los tratamientos potenciales del Alzheimer han mostrado algunos resultados prometedores como el Aducanumab. Así, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, que aprobó Aducanumab, que se conoce como anticuerpo monoclonal, para el tratamiento de casos selectos de del Alzheimer leve.
Este es el único fármaco aprobado en los Estados Unidos para el tratamiento de las placas amiloides en el cerebro. Una vez que se eliminan las placas, las células cerebrales dejan de morir y la memoria, el pensamiento, la función y el comportamiento del paciente dejan de empeorar. Sin embargo, todavía hay debate sobre si el medicamento realmente funciona. Si bien varios ensayos pequeños han demostrado que el fármaco no solo previene la agregación de amiloide, sino que también disminuye los síntomas, otros ensayos clínicos no han demostrado ningún beneficio.
Por otra parte, y en lo que concierne a científicos españoles, estos han desarrollado una molécula, denominada ASS234 que trataría el deterioro cognitivo bloqueando la agregación de la proteína amiloide en el cerebro y estimularía la transmisión colinérgica y monoaminérgica, por lo que los síntomas de la patología mejorarían considerablemente.
Estos estudios se han llevado a cabo con ratones transgénicos portadores de genes humanos tratados para causar la enfermedad. Estos nuevos avances podrían acerca la cura, o al menos frenar el desarrollo, de una enfermedad que en la actualidad afecta a una de cada cuatro familias españolas.