Hoy se recuerda especialmente a los mártires cristianos coreanos, destacando entre ellos a San Andrés Kim, quien fue el primer sacerdote que nació en Corea. También es otra oportunidad para felicitar a todos los caballeros que han sido bautizados con el nombre de Andrés, que en España son alrededor de 115.000 caballeros, de acuerdo con las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadística, a pesar de que lo normal es que sean felicitados el día 30 de noviembre de cada año, que es el día dedicado en el Santoral Católico a San Andrés Apóstol.
San Andrés Kim Taegön
Como dijimos antes, San Andrés Kim Taegön fue el primer eclesiástico ordenado que nació en Corea. Los archivos que se mantienen demuestran que fueron los laicos quienes llevaron a Corea la fe en Cristo hacia finales del siglo XVI, una actividad que fue bastante complicada, porque Corea era un país que permanecía bastante aislado del resto del mundo, con excepción de los viajes que se debían hacer a la ciudad de Pekín, con el objetivo de pagar los impuestos. Se dice que fue alrededor de 1777, en uno de los viajes a Pekín, varios coreanos educados pudieron obtener varios libros de los jesuitas que se encontraban en China, y al leerlos quedaron convencidos de la nueva fe, fundando una especie de iglesia doméstica en su natal Corea.
Pasaron 12 años para que esa comunidad consiguiera tener a un sacerdote propio, de origen chino, quien fue el primer clérigo que pudo entrar secretamente en Corea y se encontró con que ya existían allí alrededor de 4.000 católicos. Hasta ese momento los católicos coreanos no habían visto jamás a un sacerdote, pero tan sólo 7 años después estaban siendo víctimas de una persecución acérrima, pero eso no impidió que la comunidad católica ascendiera a las 10.000 almas. Entre ellas se encontraba San Andrés Kim Taegön, quien fue hijo de una familia noble coreana convertida al catolicismo. Su padre, de nombre Ignacio Kim sufrió el martirio durante la persecución que se llevó a cabo en el año 1839 y fue beatificado junto con su hijo en el año 1925, casi 100 años después. San Andrés Kim Taegön fue canonizado en el mes de mayo de 1984, por el Papa Juan Pablo II cuando visitó Corea.
De la historia de San Andrés Kim Taegön se sabe que fue bautizado a la edad de 15 años, y después hizo un viaje de unos 2.100 kilómetros hasta el seminario que estaba más cerca, en Macao, y seis años más tarde pudo ingeniárselas para regresar a Corea, atravesando Manchuria, cruzando el mar Amarillo, para finalmente ser ordenado como sacerdote en la ciudad de Shanghái, de ese modo se convirtió en el primer sacerdote ordenado que nació en Corea. Cuando pudo regresar a su país natal le fue asignada la tarea de preparar el modo de ingreso de misioneros por mar, para que no tuvieran que encontrarse con los guardias fronterizos. Pudo llevar a cabo esta actividad hasta 1846, porque fue detenido, torturado y condenado a muerte por decapitación a orillas del río Han, cercano a Seúl, cuando tan sólo tenía 25 años de edad. Pero San Andrés Kim Taegön no fue el único martirizado en Corea en ese tiempo, ya que la libertad de religión no llegó hasta 1883, por ello miles de cristianos fallecieron por defender sus creencias.
Aunque la figura de San Andrés Kim Taegön es muy importante, el Santoral Católico del 20 de septiembre se completa con los nombres de otros beatos y santos que también ayudaron a la expansión del cristianismo, entre los que se encuentran Santo Adelpreto de Arco, San Clicerio obispo, San Dorimedonte de Sínada, San Eustaquio de Roma, Santo Francisco de Posadas, San Juan Carlos Cornay, Santos Lorenzo Han I-hyong y compañeros, Beato José María de Yermo y Parres y Beato Tomás Johnson.