¿Te puedes imaginar un pueblo en el que estacionas el choche en territorio español y al abrir la puerta para bajarte del mismo estarás pisando territorio francés? Eso es precisamente lo que ocurre en la avenida Catalunya del pueblo de nombre El Perthús, que se ha convertido en uno delos sitios fronterizos más particulares del planeta.
9Ideal para la venta ambulante
Aunque hay dos jurisdicciones y dos cuerpos policiales en el mismo pueblo que pueden actuar en contra de los manteros y los vendedores ambulantes, éstos no se ponen de acuerdo, así que lo singular de esta avenida hace que esta actividad, que se considera una falta administrativa, no pueda ser perseguida y sancionada de la manera adecuada, ya que los agentes policiales no pueden cruzar la línea geográfica divisoria, pero los vendedores ambulantes sí.
En la práctica, los manteros ofrecen sus productos del lado español y cuando llegan los Mossos d’Esquadra, lo que tienen que hacer es levantar su mantel y dar unos pocos pasos, para quedar fuera del alcance de los mismos, así que los vendedores ambulantes y los que venden falsificaciones pueden seguir tranquilamente con su actividad, e incluso vender algún artículo en presencia de las autoridades policiales autonómicas del pueblo y éstos no pueden hacer nada.