El bonito es uno de los alimentos más utilizados en el norte de España desde que el mundo es mundo. Por eso existen muchas recetas que lo tienen como protagonista, y que continúan siendo populares a día de hoy. La marmita de bonito, uno de los platos fuertes de la gastronomía tradicional asturiana es un buen ejemplo de ello. Una opción sana, deliciosa y no excesivamente cara, que sienta de maravilla siempre, pero más aún cuando empieza el mal tiempo.
Aunque pueda parecer que su elaboración es difícil, en realidad no lo es tanto, siempre que se tengan en cuenta algunos detalles. Te contamos todo lo que necesitas saber.
5El secreto de la marmita de bonito está en el caldo
Como hemos comentado antes, uno de los aspectos fundamentales de la marmita de bonito está en el caldo de pescado. Si no tenemos tiempo o ganas de hacerlo casero, por lo menos hay que intentar que sea uno ya elaborado, pero de calidad. Con él ya preparado, se le añade en cuanto el vino empiece a estar evaporado de la cazuela.
De nuevo cubrimos las patatas, esta vez con el caldo, tapamos de nuevo el recipiente y esperamos en torno a quince o veinte minutos. De esta forma, las patatas deberían empezar a estar hechas (sobre todo si no las hemos cortado en trozo demasiado grandes).
