El bonito es uno de los alimentos más utilizados en el norte de España desde que el mundo es mundo. Por eso existen muchas recetas que lo tienen como protagonista, y que continúan siendo populares a día de hoy. La marmita de bonito, uno de los platos fuertes de la gastronomía tradicional asturiana es un buen ejemplo de ello. Una opción sana, deliciosa y no excesivamente cara, que sienta de maravilla siempre, pero más aún cuando empieza el mal tiempo.
Aunque pueda parecer que su elaboración es difícil, en realidad no lo es tanto, siempre que se tengan en cuenta algunos detalles. Te contamos todo lo que necesitas saber.
4Añadir las patatas a la marmita de bonito
La patata es uno de los puntos fuertes de recetas como esta, pero también una de las verduras que más tarde en estar blandita y en su punto. Así que, en cuanto la verdura esté pochada, hay que añadírsela también al guiso cortadas en trozos no muy grandes. Tras lo cual, echamos vino blanco hasta que cubra un poco las patatas, tapamos la cazuela y esperamos, con el fuego al máximo, hasta que el alcohol se vaya evaporando un poco.
Mucho ojo con estar pendiente, porque de lo contrario se puede quemar. En realidad unos pocos minutos suelen ser suficientes.