El bonito es uno de los alimentos más utilizados en el norte de España desde que el mundo es mundo. Por eso existen muchas recetas que lo tienen como protagonista, y que continúan siendo populares a día de hoy. La marmita de bonito, uno de los platos fuertes de la gastronomía tradicional asturiana es un buen ejemplo de ello. Una opción sana, deliciosa y no excesivamente cara, que sienta de maravilla siempre, pero más aún cuando empieza el mal tiempo.
Aunque pueda parecer que su elaboración es difícil, en realidad no lo es tanto, siempre que se tengan en cuenta algunos detalles. Te contamos todo lo que necesitas saber.
3Cómo preparar una marmita de bonito
Tal y como suele ser habitual en este tipo de recetas, lo primero es encargarse de las verduras: pelarla, lavarla y cortarla en trocitos pequeños. Acto seguido se pone un poco de aceite de oliva virgen extra en una cazuela. No hace falta demasiado. Es más, con un chorrito pequeño del mismo es más que suficiente. Se espera a que se caliente el mismo y se echa la cebolla y el pimiento.
Con cuidado de moverlo para que no se queme, se pocha durante unos pocos minutos, hasta que comience a tener un aspecto cocinado.