El bonito es uno de los alimentos más utilizados en el norte de España desde que el mundo es mundo. Por eso existen muchas recetas que lo tienen como protagonista, y que continúan siendo populares a día de hoy. La marmita de bonito, uno de los platos fuertes de la gastronomía tradicional asturiana es un buen ejemplo de ello. Una opción sana, deliciosa y no excesivamente cara, que sienta de maravilla siempre, pero más aún cuando empieza el mal tiempo.
Aunque pueda parecer que su elaboración es difícil, en realidad no lo es tanto, siempre que se tengan en cuenta algunos detalles. Te contamos todo lo que necesitas saber.
1El bonito, ideal para comienzos del otoño
Todos hemos escuchado eso de lo beneficioso que es comer pescado para la salud. Y echando un vistazo a las muchas y varias propiedades que tiene el bonito, no es de extrañar. No solo es uno de los pescados más sabrosos que se pueden encontrar en el mercado, sino que también ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares o incluso mejora los resfriados.
Por eso la marmita de bonito es uno de los platos más habituales en muchos lugares cuando termina el verano. Hay que tener presente, eso sí, que la temporada de bonito en nuestro país acostumbra a durar desde junio, aproximadamente, hasta finales de septiembre o de octubre. Aunque, como todo, tampoco se trate de una ciencia exacta.