Algunas recetas son especiales porque resulta muy difícil no acertar con ellas. Es el caso de las llamadas pechugas de pollo rellenas de jamón y queso. Sí, más o menos lo mismo que suele conocerse comúnmente como San Jacobo. Solo que en este caso resultan mucho más sabrosas y sanas que si se compran en forma de productos congelados, por ejemplo. Además, es un plato que vuelve loco especialmente a los pequeños de la casa.
Te contamos con detalles cómo se prepara, para que puedas ver lo fácil que resulta, siendo idóneo para una cena o un acompañamiento que no requiera complicarse demasiado la vida.
6Freír las pechugas de pollo rellenas
Ahora sí, es el momento de freír las pechugas rellenas. Para ello lo suyo es usar aceite de oliva virgen extra en abundancia, esperar a que se caliente a fuego medio-alto e ir haciendo las pechugas una a una. El tiempo puede variar dependiendo, por ejemplo, de los gruesos que fuesen los filetes, pero por lo general solo es necesario esperar dos o tres minutos.
Además, es fácil apreciar que la parte de fuera empiece a dorarse y lucir apetitosa. La de dentro, en cambio, tiene que estar jugosa, más aún cuando se corte y el queso fundido haga su efecto.