Calabacín al ajillo: una receta de escándalo con un sabor de ’10’

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Para muchos, solo con escuchar la palabra calabacín les puede generar rechazo e, incluso, alguna que otra arcada. El mundo de los vegetales está en el ojo del huracán, ya sea por sus amantes cuya dieta consiste en ingerir este tipo de alimento o, por el contrario, por su retractores que no lo quieren ni ver acompañando un buen trozo de carne. La realidad es que los vegetales forman parte de nuestra gastronomía y hay infinidad de recetas que le dan mil vueltas a las proteínas. Para que te despojes de tus prejuicios y empieces a disfrutar con las verduras, te vamos a enseñar a preparar el mejor calabacín al ajillo.

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QUINTO PASO: SALTEAR LOS AJOS

La cantidad de aceite que debemos echar a la sartén debe ser de unos 50-60 mililitros, ya que parte del sabor del ajillo es gracias a la cantidad de aceite que echemos. Dejamos que se precaliente la sartén y añadimos las láminas de ajo. Tenemos que saltear, pero sin llegar a que se doren por completo, para evitar que se nos quemen cuando echemos los calabacines. El mejor indicador para saber si ya está preparado el ajo, es el olor, cuando empiece a desprender la sartén un aroma a ajos con aceite es el momento de añadir el calabacín.