Cuando preparamos un bizcocho en casa, uno de nuestros objetivos es que quede lo más esponjoso posible. Queremos que le bizcocho suba un montón y tenga una miga tierna y jugosa que solo con verla se te hace la boca agua. Esos son los bizcochos que más nos gustan y los que preparaban nuestras abuelas, dejando la casa increíblemente perfumada. Son pocos los ingredientes que se necesitan para preparar este dulce básico: huevos, harina, levadura y azúcar, aunque podemos darle un toque de sabor especial. Es perfecto para disfrutar solo o acompañado de una bebida caliente.
1PRIMER TRUCO: BATIR MUCHO
Parte de la esponjosidad del bizcocho depende del batido de los huevos. Cuanto más batidos, mejor. Cuando nuestras abuelas se pasaban minutos y minutos batiendo sin parar era por algo. Nosotros ahora podemos servirnos de aparatos eléctricos para que no se nos canse el brazo, pero tienen que ser unas varillas, no vale el accesorio de batir. Si no, tocará ejercitar el brazo con las varillas manuales. Teniendo esto en cuenta, y respetando las cantidades de los ingredientes, podemos conseguir un resultado increíble.