Galicia es conocida (y reconocida) por su gastronomía, destacando con varios platos icónicos de esta tierra. Uno de los bocados más famosos es la empanada gallega, que se puede disfrutar en decenas de versiones. En primer lugar, podemos encuerar una masa clásica de harina de trigo, o con harina de maíz o millo. También hay masas hojaldradas, o masas tipo pan, con mucha miga. Cada mano y cada casa prepara una masa única, particular e irrepetible. En cuanto al relleno, las opciones son múltiples, aunque las más solicitadas son las de bacalao, de sardinas, de lomo (raxo), de choco, de zamburiñas, de pollo o de atún. Esta última es, probablemente, la que más éxito tiene, ya que el relleno es fácil de preparar, y su sabor le gusta a todo el mundo.
7MONTAR LA EMPANADA
Ya tenemos lista la masa, ahora la dividimos en dos partes que serán la base y la tapa de la empanada gallega. En una superficie enharinada extendemos una mitad con ayuda de un rodillo, hasta que cubra el tamaño de una bandeja de horno. Lo ideal es que tenga un espesor de unos 5 mm. Ponemos la masa en la bandeja de horno y cubrimos con el relleno frío o del tiempo. Hay que dejar libre un margen de unos 4 mm para poder sellar bien la tapa de la empanada. Cubrimos con la segunda masa estirada con la misma medida y sellamos los bordes haciendo pliegues con los dedos. Si sobra algo de masa podemos hacer rulos y usarlos para decorar la empanada. A continuación pintamos con el huevo batido y con un cuchillo abrimos un círculo en el centro que servirá como chimenea. Llevamos al horno previamente calentado a 180ºC y horneamos 45 minutos con calor arriba y abajo.