San José de Calasanz es conocido por ser el fundador de las Escuelas Pías, hoy conocidas como los Colegios de San José de Calasanz, a los que dedicó toda su vida, con la finalidad de poder dar una educación de calidad a los niños de escasos recursos, por medio de escuelas gratuitas que los prepararan para el futuro.
San José de Calasanz
Hoy es un día de celebración para los escolapios, porque conmemoramos a San José de Calasanz, quien en vida fue el fundador de la Orden de las Escuelas Pías, haciendo que tanto la educación como la enseñanza religiosa fuera accesible para los niños sin recursos económicos. También fue el fundador de la primera escuela cristiana gratuita. San José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, Huesca, dedicando las primeras etapas de su vida a los estudios, gracias a los cuales pudo obtener una licenciatura en Derecho y Filosofía. Continuó estudiando y posteriormente obtuvo la licenciatura en Teología. Corría el año 1583 cuando se ordenó como sacerdote y pudo iniciar la misión de evangelizar las tierras catalanas.
Sin embargo, su mayor preocupación siempre fueron los niños con pocos recursos, una preocupación que trasladó hasta Roma, ciudad a la que tuvo que irse para iniciar su carrera como miembro del clero. Fue en Roma, cuando recorría las calles de los barrios que habían sido olvidados y paseaba por las calles que sufrieron los terribles efectos de las riadas que este maestro se preocupó aún más, al poder constatar la cantidad de niños que se encontraban sin escolarizar porque sus familias no poseían recursos suficientes.
Tuvo que pasar cinco años conviviendo con romanos, acostumbrándose a sus tradiciones y a su estilo de vida, en el que la pobreza campeaba por sus fueros, para que San José de Calasanz pudiera abrir su primera escuela pública, en la que los niños no sólo descubrirían las letras sino también a Cristo. Con esto se los preparaba para poder alcanzar una vida que su humilde origen probablemente no les habría permitido. Gracias a su insistencia, la Iglesia de Santa Dorotea, que también es conocida con el nombre de los Santos Silvestre, en Trastévere, llegó a convertirse en la primera Escuela Pía de toda Europa.
Por supuesto que tuvo dificultades económicas en los comienzos, porque las clases se daban en la sacristía de la propia Iglesia, pero cada vez eran más y más los niños que llegaban, así que había que ampliar los espacios para poder darle cobijo a un gran número de niños que tenían que recorrer todos los días varios kilómetros para poder ir a clases. A pesar de que San José de Calasanz siempre estuvo rodeado por sus alumnos, siempre deseosos de aprender, sus últimos años fueron azotados por la desdicha, llegando incluso a ser encarcelado de forma breve por la inquisición, arruinando con ello la reputación adquirida y su gran obra se fue desmoronando. Falleció en Roma en el año 1648, a los 91 años de edad. No obstante, en la actualidad las Escuelas Pías se encuentran extendidas por toda Europa, África, América y Asia.
El santoral católico del 25 de agosto debe ser completado con los nombres de otros beatos y santos que, como San José de Calasanz, fueron un ejemplo viviente de las virtudes cristianas, entre los que se encuentran San Aredio, San Geruncio de Itálica, San Gregorio de Utrecht, San Luis IX de Francia, San Menas de Constantinopla, San Patricia de Nápoles, San Severo de Agdde, Santo Tomás Cantelupe, Beato Luis Urbano Lanaspa, Beata María Cabanillas y Beato Pablo Juan Charles.