- Berlanga, una de las direcciones imprescindibles de la capital para disfrutar de grandes arroces y platos levantinos, cuenta con dos espectaculares terrazas con horario non-stop junto al parque de El Retiro.
- Tanto la terraza de la fachada principal, amplia y recientemente renovada, o la de la trasera del local, en la calle Lope de Rueda, están climatizadas para su disfrute durante todo el año y son ideales para todo tipo de grupos y clientes que busquen buen ambiente y la mejor cocina.
Si hay algo que una a los madrileños —y a aquellos que los visitan— durante el verano, al margen de reiterar lo bien que se aparca en estos meses en la ciudad, es su pasión por las terrazas. Aprovechar la calidez de las horas centrales y el fresco de la noche es la excusa perfecta para sacar la gastronomía a la calle y disfrutar del verano con buena comida, bebida refrescante y una charla amena. Berlanga, uno de los imprescindibles de los arroces y la cocina alicantina en Madrid, puede presumir de contar con la opción perfecta para todos los devotos del terraceo. No una, sino dos, son las terrazas con formato non-stop que tiene en su haber, en las que es posible, desde las 13.00 y hasta las 00.00 h —aunque la cocina cierra de 16:30 a 20:30 h—, tomar el aperitivo, disfrutar de un almuerzo único, practicar el tardeo, cenar con formalidad o a base de exquisitas raciones y ‘reliarse’ con buenas copas y cócteles clásicos.
La terraza más veterana de Berlanga es la de su fachada. Recientemente renovada, cuenta con cinco mesas altas, perfectas para el tapeo Por su parte, la terraza de la entrada trasera, que da al número 60 de la calle Lope de Rueda, es algo más recogida: dispone de seis mesas con una capacidad aproximada de 24 personas. Las dos, gracias a su privilegiada situación, son un lugar excelente para los terrazalovers que busquen un rincón en el que hacerse fuertes para comer y beber bien. Además, su ubicación junto al frondoso parque de El Retiro hace que tengan excepcionales vistas y temperaturas algo más suaves.
A pie de calle y con el mejor sabor
Berlanga, situado en un conjunto que es patrimonio cultural de la Unesco, ofrece tanto en interior como en exterior su deliciosa oferta culinaria de alma mediterránea y concesiones castizas. Los protagonistas, por supuesto, son los arroces, que se pueden catar tanto de día como de noche. José Luis García Berlanga es un cocinero autodidacta enamorado del alimento estrella de Valencia —que trae del entorno de la Albufera, uno de los espacios naturales en los que se cultiva el mejor arroz— y borda las recetas con este cereal.
La estrella de la carta es la paella valenciana más canónica, aunque también triunfan su arroz negro, el a banda o el del senyoret, por citar solo algunos ejemplos. Platos muy de aquí, como las croquetas de jamón o las chuletillas, casan a la perfección con sus picaetas —el aperitivo a la valenciana—, con propuestas como su adictivo pa amb oli con sobrasada de Ses Salines. Por la noche, en perfecta armonía con el menú habitual, hay una carta más sencilla, a base de tapas, raciones y medias raciones para compartir, que ensalza productos de máxima calidad —muchos de ellos, directos de la lonja de Burriana (Castellón)— como salmonetes, boquerones, sepionets y clóchinas, esos pequeños mejillones valencianos de sabor más intenso que los comunes. Todo ello se puede regar con una amplia selección de vinos, cervezas, vermús, finos y generosos, además de gin-tonics y cócteles clásicos.
Sobre Berlanga
Nacido con vocación culinaria de casa de comidas e impronta cultural, este restaurante ubicado frente al Retiro lleva el apellido de su artífice, José Luis García-Berlanga, primogénito del aclamado cineasta Luis García-Berlanga. Estudió Derecho y luego, empujado por su buen amigo el director Fernando Colomo, inició una dilatadísima trayectoria audiovisual que comprende cine, publicidad y televisión: fue director y productor ejecutivo de la serie Hospital Central y también productor del formato musical Séptimo de Caballería, entre otros muchos programas. Sin embargo, su creatividad también ha alcanzado otras pasiones, como la cocina, a la que ha decidido dedicarse con más ahínco en los últimos años. Además de impartir clases de arroces valencianos en la conocida escuela Alambique, se ha convertido en el anfitrión más aclamado por sus conocidos, a quienes gusta de invitar en casa y hacer partícipes de su interés por la gastronomía.
Berlanga ocupa un amplísimo local en el número 41 de la calle Menéndez Pelayo, proyectado por el estudio de arquitectura Estudio EMO y decorado por el interiorista Pepe Vela Zanetti. Cuenta con dos salones conectados por una barra, que suman 280 metros cuadrados entre ambos y que ofrecen una capacidad total para 80 comensales. El primero de ellos funciona como comedor principal y el segundo, con salida a la calle Lope de Rueda, como zona prevista para el aperitivo y el tardeo, donde opera una carta entre servicios a base de conservas y raciones sencillas para compartir.