La sangría es definitivamente la bebida española más reconocida mundialmente y aunque su origen continúa sin estar del todo claro, lo cierto es que España y Portugal comparten su autoría; es por esta razón que se asegura que nació en la península ibérica, como tantas otras recetas.
Todo señala a que la sangría nació de la mezcla que preparaban los campesinos con diferentes frutas que tenían a su disposición y el vino que tenían a mano en sus hogares; y esta, por supuesto, era consumida bien fría para soportar las labores bajo el sol.
6Azúcar, el toque justo para una bebida tentadoramente dulce
Un poco de azúcar para alegrar el gustito de la sangría, caerá perfecto; sobre todo si esta es preparada con vinos que no son dulces.
En estos casos, lo conveniente es no exagerar con la cantidad de azúcar añadida, pues esta resultará luego excesivamente empalagosa; sobre todo si como fruta decidiste añadir mandarinas o naranjas dulces.