Al sol tendríamos que temerle todos y cada uno de nosotros. Más que nada porque puede dañar, y mucho, nuestra piel. Quizás no lo notemos a la primera, pero sí que a la larga nos puede acarrear más problemas añadidos de lo que pensamos. Claro que luego están estos locos que no le tienen miedo al sol.
Aunque ellos sí dan miedo. Tras muchas horas bajo la exposición solar, la piel se va resintiendo y lógicamente, se quema. Tanto es así que cada una de las imágenes nos lo indica. Pero no solo eso, sino que vienen con algunos añadidos a modo de detalles decorativos. ¡No te las pierdas!.
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