Las patatas fritas belgas son consideradas como unas de las más sabrosas, crujientes y llenas de sabor. ¿Su secreto?, un corte perfecto, un tratamiento adecuado y una fritura que las deja sencillamente deliciosas.
Quédate a conocer todos los secretos que envuelven la preparación de unas patatas fritas belgas perfectas y úsalas para acompañar tus platillos favoritos o simplemente, como un antojo saladito y crujiente para media tarde.
6Prepara todo para una primera fritura
Estas patatas fritas belgas se preparan con dos procesos de cocción, uno que hace que se cocinen en su interior, y el otro que es el responsable de dejarlas deliciosamente crujientes y perfectamente doradas.
Para preparar la primera fritura, vierte una cantidad generosa de aceite en una sartén profunda y espera que alcance una temperatura de 160-170 °C. Con esta temperatura, las patatas no se freirán, sino que terminarán confitadas.