Seguro que al hablar de los sonidos más molestos, se te vengan varios a la cabeza. No es para menos, porque es algo con lo que tenemos que convivir. La principal causa de que algunos de los sonidos nos resulten bastante desagradables viene de la unión entre una región del cerebro, la corteza auditiva y la amígdala.
Así que, la Universidad de Newcastle ha hecho un estudio, a través de unos escáneres cerebrales, para determinar el momento del sonido y cuando el cerebro se activa ante tal ruido desagradable. Quizás también te sientas identificado con los siguientes ejemplos. ¡Seguro que tú también has sentido lo mismo!.
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El chirrido de una tiza contra la pizarra
Sin duda puede suponer uno de los perores sonidos que tengamos que aguantar. Muchas veces ha sucedido, que cuando éramos más jóvenes el profesor solía dejarse llevar por la tiza. En ocasiones lo hacía sin querer, aunque no queremos pensar mal, quizás en otras sí lo hiciera a propósito para poder hacernos callar.
Sea como fuere, se trata de un ruido bastante molesto. De esos ruidos que hacen que tengas que juntar bien los dientes porque parece que te están taladrando la cabeza y que todo retumba. Menos mal que suele ser muy poco tiempo, pero aún así, nuestro cerebro no lo soporta tampoco y de hecho, por este motivo nosotros también lo intentamos evitar a toda costa.
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La fricción de un cuchillo contra un cristal
Ya solo con pensarlo se nos pone la piel de gallina. Sí, se trata de otro de los ruidos más molestos que podamos tener. En este caso hablamos de un cuchillo que, tras agitarlo o rozarlo contra un cristal, comienza a hacer un ruido bastante curioso. Pues también es para llevarnos las manos a la cabeza porque es insufrible,
Parece que tras el estudio, se ha comprobado que es uno de los peores ruidos. Quizás porque los que se sometieron a él, tampoco soportaban este momento. Un momento que a todos nos puede pasar. Solamente necesitas una superficie de cristal y un roce del cuchillo o tenedor sobre ella. La dentera que nos deja es bastante curiosa, la verdad.
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Los acordes desafinados del violín
Cuando comenzamos a tocar un instrumento por primera vez, no acertamos ni con una sola nota. Es algo normal y que poco a poco se irá mejorando. Pero claro, mientras eso no sucede, hay que soportar un nuevo ruido. Éste es ese chirrido que sale del violín y que desde luego, no se le puede llamar música sino momento desesperante para todos.
Suponemos que los profesores de violín también pasaron por ello en su momento. Quizás por este motivo estén ya curados de espanto y no les moleste tanto el sonido. Aún así, lo cierto es que los compadecemos porque a nosotros, es un ruido que se nos mete por la cabeza y retumba en ella durante un cierto tiempo. ¿Lo has escuchado en alguna ocasión?.
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El micrófono al acoplarse
Quizás los haya peores para algunas personas, pero éste tampoco es que sea de lo más agradable. Es otro de esos sonidos que siempre nos hacen llevarnos las manos a la cabeza. Cuando estamos en una conferencia o quizás, en una clase del gimnasio, los monitores y las personas que van a lanzar su discurso cuentan con micros para llegar a todos.
Pero cierto es que las primeras palabras vendrán acompañadas de un ruido intenso. Menos mal que solo dura unos segundos de nada. Esto se debe a un mal posicionamiento de los micrófonos. La señal va ser modificada y como tal, emitirá frecuencias más rápidas. ¡Seguro que en este caso sí que sabrás de lo que estamos hablando!.
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Las uñas por una superficie
Quizás de nuevo sea mucho peor si sucede sobre una pizarra, como ocurría con la tiza. De nuevo hablamos de que se trata de otro de los sonidos más desagradables. Pero además del sonido en sí mismo, también la dentera que nos provoca es un tanto intensa. Porque cuando algo no nos gusta, tendemos a esa sensación de gran rechazo y ésta es una de esas ocasiones.
Es algo involuntario pero desde luego el cuerpo sabe bien qué ruidos sí y cuáles mejor que no. De ahí que ante uno como éste, se nos dará por taparnos los ojos o quizás, también llevarnos las manos a las orejas. Una forma de ‘escondernos’ ante tal momento desagradable. Son sonidos agudos con ondas de alta frecuencia.
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Arcadas de una persona al vomitar
Todo ello en conjunto ya nos hace sentir mal. Hay muchas personas que no pueden escuchar el sonido de una persona al vomitar. Quizás en este caso, el efecto sea un tanto contrario. Si es cierto que el sonido en sí es desagradable, la acción en sí no se queda atrás. Son muchas las personas que consideran este ruido como el peor.
Porque como bien decimos, va unido a otra acción. Una acción que no podemos dejar de ver en imágenes y en nuestro cerebro. Por este motivo quizás todavía sea un poco peor y más duradero que alguno de los anteriores. Los estudios han arrojado esos datos bastante concluyentes, siendo un ruido que sigue alterando a muchas personas.
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El llanto de un bebé
¿A qué no te lo esperabas?. Pues quizás no pero lo han catalogado como otro de los sonidos más desagradables. En este caso, es porque la paciencia no nos deja escuchar lo contrario. Cuando un bebé se pasa mucho rato llorando, cierto es que nos llegamos a desesperar, pero no solo por los lloros en sí, sino un poco por toda la situación.
La Universidad de Salford lo ha catalogado como uno de los más desagradables sonidos. En contra de lo que pueda decir mucha gente. Los padres tienen que calmar al pequeño, pero cierto es que en ocasiones no sabemos ni por dónde empezar. Los bebés lloran a veces, por motivos que desconocemos totalmente y si no nos dejan dormir, llegaremos a un nivel de estrés bastante considerable como para decir que otro de los sonidos insufribles.
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El sonido de una taladradora
Tanto el taladro como otra de las herramientas similares son las que nos provocan esa sensación un tanto desagradable. De nuevo, tendemos a juntar los dientes, porque la dentera que nos da es algo bastante frecuente. Quizás, a este ruido tendríamos que sumar el del torno del dentista.
Sin duda, también es otro de esas máquinas que nos ponen más nerviosos. Cierto que no hay comparación entre un taladro y el aparato en una consulta del dentista, pero el efecto quizás es un tanto similar en ambos. Claro que en el segundo, se sumarán los nervios y la desesperación de tener que estar en un lugar como ése y seguramente, con cierto dolor implícito. ¿Cuál es para ti el peor sonido?.