La Delegación Territorial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ha licitado un contrato destinado a la restauración del ‘impluvium’ del atrio de la tumba de Servilia, uno de los principales enclaves de la necrópolis romana de Carmona (Sevilla), primer yacimiento arqueológico de España musealizado como tal, dado el «mal estado» de conservación de este elemento del espectacular sepulcro.
La memoria técnica de esta contratación, detalla que el ‘impluvium’ de la tumba de Servilia fue descubierto en 1905 y «desde entonces está a la intemperie» en este emblemático yacimiento arqueológico abierto al público en 1885 de la mano de Juan Fernández López y el famoso arqueólogo e historiador George Edward Bonsor como copropietarios del recinto, conformado entonces por más de un centenar de tumbas de época romana y un museo instalado en torno a las mismas.
Empero, en el último tramo del siglo XX, en la necrópolis romana de Carmona ya habían sido excavados aproximadamente unos 230 complejos funerarios, algunos de ellos con decoraciones parietales pintadas con motivos fúnebres, destacando la tipología de los mausoleos debido a su singularidad arquitectónica.
Pesa además la investigación científica desarrollada en la necrópolis entre octubre y diciembre de 2020 por el Instituto de Geofísica de Andalucía de la Universidad de Granada (UGR), bajo la dirección del arqueólogo Alejandro Jiménez.
Fruto del mencionado estudio geofísico mediante georradar, prospecciones magnéticas y técnicas de tomografía eléctrica en 12.700 metros cuadrados del conjunto arqueológico divididos entre tres sectores, –los de la finca Huerto Casquizo, de la antigua vía a Hispalis y del entorno del Mausoleo Circular del Campo de los Olivos–, fueron detectadas más de 240 estructuras en el subsuelo susceptibles de corresponder a enterramientos.
Ya en 2021, en ese sentido, comenzaba la excavación de las «anomalías geofísicas» detectadas en 2020 junto al mausoleo circular del conjunto arqueológico, al objeto de esclarecer si las mismas corresponden a un nuevo mausoleo y si este posible sepulcro hasta ahora desconocido cuenta con una cámara subterránea.
En ese contexto, la citada memoria técnica de esta contratación especifica que el ‘impluvium’ del atrio de la tumba de Servilia, una estructura rectangular «rehundida en el suelo» que alberga vestigios de revestimientos primitivos con restos de pintura roja, presenta en su conjunto un «mal estado» de conservación.
Tal extremo «justifica una necesaria intervención profunda, en la que se eliminarían las tierras que cubren el interior, para ver el estado de la estructura interna y muretes de delimitación existentes, la fijación de sus piezas y posible consolidación, así como la eliminación de los morteros añadidos en mal estado, la limpieza, fijación y consolidación de los restos primitivos, los tratamientos biocidas de la estructura y el repello de la superficie con nuevos morteros de cal», trabajos para los cuales el Conjunto Arqueológico de Carmona carece de «medios propios».