En verano el número de vuelos se incrementa exponencialmente por los miles de usuarios que emprenden su aventura de vacaciones lejos de sus ciudades habituales. Uno de los miedos más habituales de los viajeros es perder el vuelo por un retraso o que este sea cancelado, dos situaciones que pueden causar importantes perjuicios económicos y de organización. Lo normal es que todo salga bien, pero el riesgo existe y hay que asumirlo. Son muchas las circunstancias por las que podemos perder un vuelo y que se escapan a nuestro control. Tampoco son raras las cancelaciones de última hora por parte de las compañías o los retrasos por diferentes factores, desde huelgas hasta la situación meteorológica.
5VUELO CANCELADO POR DESASTRE NATURAL
El cambio climático está provocando muchos desastres naturales incompatibles con volar. Explosión de un volcán, tormentas de nieve, ciclogénesis, lluvias torrenciales, terremotos… En estos casos las compañías no se hacen cargo de ninguna devolución, al fin y al cabo son circunstancias que no están bajo su control. Generalmente, lo que hacen es ofrecer alternativas para cuando la emergencia haya mejorado.