Fundación Juan XXIII ha podido volver a celebrar, tras dos años sin poder llevarse a cabo por la pandemia, el campamento urbano de verano ‘Integracamp’, con el objetivo de enseñar a los niños la importancia de la diversidad y la inclusión.
De este modo, según la entidad, se busca fomentar la integración social y concienciar desde edades tempranas sobre la discapacidad intelectual. Con el desarrollo de las diferentes jornadas, se consigue que los niños participantes aprendan mientras disfrutan realizando multitud de actividades junto a los usuarios de la Fundación.
El campamento ha tenido una duración de dos semanas, en las que más de 40 niños de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años han pasado por las instalaciones de ‘Integracamp’. Entre la gran multitud de actividades realizadas, ha habido talleres creativos de manualidades, debates sobre películas o juegos tradicionales.
De este modo, los niños han potenciado sus habilidades sociales, trabajado aptitudes y estimulado capacidades como la creatividad, la fluidez verbal o el ingenio. Todo ello, mientras que, además, han aprendido que las diferencias y la diversidad enriquecen.
Este campamento urbano, que se celebra durante las vacaciones escolares de verano, se ofrece concretamente a los empleados de empresas colaboradoras de la entidad social. Concretamente, esta octava edición de Integracamp se ha llevado a cabo junto a la empresa IVECO.
«Con la realización de estos campamentos promovemos la educación en valores y favorecemos la inclusión social entre niños y niñas, lo que, en cierta medida, nos permite avanzar hacia una sociedad en la que todas las personas tengamos las mismas oportunidades», ha destacado el responsable de RSC de Fundación Juan XXIII, Aranzazu De Miguel.