Parece una palabra que conlleva la realización de una serie de actividades que son complicadas, y dependiendo de la magnitud del evento que queramos llevar a cabo y de la frecuencia con la que las realicemos, efectivamente la logística es complicada, por ello queremos explicarte de qué se trata, los pasos que debes seguir y lo que se debe tomar en cuenta para que aquel evento que deseas realizar salga a la perfección.
¿Qué es la logística?
Desde un punto de vista industrial, la logística consiste en una serie de operaciones que deben ser realizadas para que sea posible que un determinado producto o servicio llegue hasta un consumidor final, que parte desde la obtención de la materia prima para su elaboración, en caso de que se trate de un producto, o de la preparación necesaria y los equipos que se requieren, si se trata de un servicio, pasando por el proceso de producción hasta llegar a la distribución para colocarlo a disposición del consumidor final, todos esos son problemas que requieren soluciones de logística.
En resumen, en el caso de un producto, la logística implica todas las operaciones que se realizan en materia de producción o elaboración, almacenamiento, transporte y distribución hasta ponerlos en el mercado.
En este sentido, la logística es considerada una operación externa a la elaboración del producto, pero sin la cual no sería posible colocarlo en el mercado, por ello las empresas tienen un departamento que se encarga de realizar estas actividades o de subcontratar a profesionales para que se encarguen de ello. De hecho ya existe una iniciativa de formación para carretilleros en las empresas de logística, para mejorar sus servicios.
¿De dónde proviene la palabra logística?
Se trata de un galicismo, que proviene de un concepto francés relacionado con la milicia, que es la palabra ‘logistique’, con la que se denominaban las actividades de transporte, suministros y alojamientos de los soldados. Actualmente se emplea en el ámbito empresarial, en particular en las áreas de distribución y de marketing.
Aunque otros afirman que es un anglicismo, que proviene de la palabra ingresa “logistics” y que se refiere al grupo de métodos y medios que es necesario llevar a cabo para que una empresa pueda poner en el mercado un determinado producto o servicio. En el ámbito empresarial consiste en realizar una cantidad de procesos en un orden determinado, desde la producción hasta la colocación del producto o servicio en el mercado.
¿La logística como arte?
De hecho, muchos piensan que la logística es un arte, entendido dentro de los términos de artes y oficios, por medio del cual un sujeto u organización es capaz de dirigir sus materias, servicios o productos desde que se adquiere la materia prima, los conocimientos y los equipos necesarios para ello, hasta llegar a un usuario o consumidor final.
La finalidad de la logística es colocar a la disposición de un usuario o consumidor final un producto o un servicio que desea, en el momento y en la cantidad en que los necesite, ubicando los mejores puntos de acceso en el mercado y con el menos coste que se pueda, para abaratar el producto o servicio.
¿Cuáles son las funciones que realiza la logística?
En orden a cumplir su finalidad, la logística se vale de muchas actividades o funciones, entre las cuales podemos mencionar:
- El procesamiento o gestión de las solicitudes o pedidos: es todo aquello que se relaciona con una orden de compra.
- Manejo o gestión de los materiales: aquí se incluyen todos los medios que se emplean para poder movilizar los productos o los servicios, tanto dentro de los almacenes, como entre los almacenes y los puntos del mercado en los que van a ser vendidos, así que incluye aspectos como carretillas de transporte, cintas de movilización, camiones de transporte y colocación final.
- Embalaje: se trata de los sistemas que se pueden emplear para proteger y conservar el producto, los cuales van a depender de las características propias del mismo, es decir, si requieren refrigeración o no, si se pueden colocar en cajas o si se necesitan palets, entre otros.
- Transporte del producto: consiste en determinar cuál es el medio de transporte idóneo y a mejor coste que puede utilizarse para llevar el producto al mercado, como camiones, trenes, barcos, así como la planificación de la ruta para optimizar el transporte y abaratar los costes.
- Almacenamiento: para determinar esto, se debe medir la capacidad de producción y de salida del producto al mercado, para poder agenciarnos un lugar de almacenaje que sea adecuado para la conservación del producto con las medidas que se necesitan, mientras el producto es enviado al mercado.
- Control de existencias o stock: consiste en tener la capacidad de conocer en un momento dado cuantos productos se encuentran disponibles para su distribución inmediata.
- Servicios al cliente: consiste en establecer un plan con los servicios así como los medios que se necesitan para poder colocar el producto o el servicio a disposición del consumidor o cliente final.
¿Cuánto cuesta la logística?
Eso va a depender de cual sea el coste total del servicio o del producto, así como de si se trata de un producto que va a ser distribuido dentro de un mismo país o va a ser exportado o importado. Si toamos como ejemplo las bebidas como los refrescos, la cerveza o el agua, el coste de la logística para colocarlas en el mercado puede encontrarse entre el cinco y el diez por ciento del precio del producto, dependiendo de la empresa y del país en que se encuentre.
Cuando hablamos de un coche, el coste de la logística puede alcanzar un once por ciento del precio final. Pero de manera general podemos decir que en España el coste promedio de la logística se encuentra en un 10.7% del precio final del producto, debido a que la mayor parte de los productos se transportan por carreteras, lo que requiere realizar inversiones en camiones, repuestos, neumáticos y gasoil, mientras que el coste promedio en la UE se encuentra en el ocho por ciento.
Lo que las empresas están haciendo en la actualidad, es transferir al consumidor final el coste de la logística, en particular cuando hablamos del comercio por internet, ya que en estos casos el gasto del envío lo paga el comprador.