Cómo hacer una mousse de limón bien fresca sin usar nata

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La mousse de limón es uno de los postres más apetecibles en verano. Es refrescante gracias al sabor intenso y cítrico de esta fruta, y se prepara fácilmente, en poco tiempo y sin manchar casi nada. Es ideal para elaborar un postre especial para el fin de semana, o para sorprender a los invitados con algo diferente. El término mousse proviene del francés y sígnica esponjoso, haciendo referencia precisamente a la textura de este exquisito dulce. La clave está en introducir aire en la mezcla de ingredientes, para darle este punto cremoso.

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LOGRAR LA TEXTURA

mousse de limón

Seguidamente, añadimos el zumo de limón y la ralladura, y seguimos mezclando con las varillas, batiendo durante un rato hasta conseguir una textura homogénea, muy suave y muy cremosa. Después vertemos esta mezcla en vasitos o en copas de postre. La mousse se debe servir bien fría, así que hay que reservar en la nevera como mínimo seis horas, para que tome consistencia y adquiera esta textura esponjosa que tanto nos gusta. Lo ideal es prepararla el día anterior y dejarla en el frigorífico hasta el momento de consumirla. Te aseguramos que será todo un éxito.