Los agentes al cargo del caso han explicado durante el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra Mohamed A., acusado de autoadoctrinamiento yihadista y condenado previamente por enaltecimiento del terrorismo, que utilizó «una aplicación de primer orden» a la hora de planificar o «realizar una matanza masiva».
Esta primera sesión de la vista oral ha servido para escuchar a los agentes encargados de realizar los atestados policiales y las entradas y registros en el domicilio del acusado. Uno de los policías ha dado detalles sobre la presencia en el móvil de Mohamed A. de Weeep!, un software que informa en tiempo real de la afluencia de personas y accesibilidad de un determinado punto.
Según el investigador, «desde el punto de vista de la selección de objetivos» para un ataque terrorista «es una aplicación de primer orden». «Si mi propósito es realizar una matanza masiva voy a elegir una aplicación de este tipo», ha explicado, apuntando que «no tenía sentido» que el acusado tuviese esa aplicación cuando se encontraba «confinado en una determinada zona de España por su libertad vigilada».
Para Mohamed A., sin embargo, esa herramienta era útil para localizar «restaurantes o sitios donde puede llevar animales». También, ha sostenido, en caso de que algún «miembro de la familia» no llegue a casa al «llegar la medianoche». «Si llamas a una persona puedes ver donde se encuentra. Pensé que sería útil para saber dónde ha desaparecido», ha añadido.
Los encargados de realizar los atestados también han puesto el foco en la utilización por parte del acusado de simuladores de conducción, unas aplicaciones en las que podían llegar a provocar accidentes de forma virtual.
Así, los investigadores han incidido en que, «en el contexto de la amenaza», el atentado de Barcelona de 2017 se realizó con una furgoneta, mientras que el de Niza en 2016 se perpetró con un camión. «Eran simuladores, no juegos. Y él no tenía permiso de conducción», ha apuntado uno de los agentes.
SIN PEDALES, VOLANTE NI CAJA DE CAMBIOS
El acusado, por contra, ha explicado que el uso de esas herramientas tenía un fin muy distinto al señalado por los investigadores: «No es que me guste jugar mucho, es que mi mujer estaba embarazada y estaba enganchada a la novela, y yo no iba a verla».
Mohamed A., que ha negado que utilizase la aplicación como un simulador –«no tengo ni pedales, ni volante, ni caja de cambios»– ha aseverado que utilizaba esa herramienta como método de entretenimiento. «Mi mujer estaba con antojos y me decía Mohamed, quiero que me traigas esto. Paro, se lo traigo, y vuelvo a su lado», ha sostenido.
Durante su intervención en la vista oral, uno de los autores de los oficios policiales también ha dado detalles sobre la estancia en la cárcel de Algeciras de Mohamed A. En concreto, ha detallado que el acusado habría tallado en una mesa metálica con un punzón la bandera del Estado Islámico y un dibujo que emulaba un arma larga «que parecía un AK-47».
En prisión, Mohamed A. también «se relacionaba con otros presos», llegando a ser calificado como «el líder de otros internos que profesaban el islam». «Mantenía correspondencia postal donde nombraba a otros hermanos, que eran otros condenados por delitos de terrorismo», ha detallado el agente.
«MATAD A LOS IDÓLATRAS»
El mismo también ha dado cuenta del hallazgo en su vivienda de un Corán con una página doblada, a modo de marca, en el que podía leerse un pasaje concreto: «Matad a los idólatras dondequiera que los halléis».
Y es que, según otro de los agentes que ha comparecido este lunes, el propio Mohamed A. también se grababa «tipo selfie» recitando versículos del Corán. «Nos llamó la atención porque el terrorista de Niza hacía lo mismo. Nos resultó verdaderamente llamativo», ha apostillado.
Durante su intervención en la vista oral, el acusado se ha definido como «una persona de paz», al tiempo que ha pedido «diferenciar el terrorismo y la religión». «Tenemos que saber diferenciar entre una persona de paz y un que quiere causar daños», ha espetado Mohamed a preguntas del fiscal, que solicita para él 5 años de cárcel más otros 4 de libertad vigilada.
«Yo no he hecho daño a nadie. Yo he escuchado hasta a los curas, pongo Radio María y escucho lo que dice la Biblia, el evangelio», ha apuntado ante el representante del Ministerio Público que sostiene que el acusado se capacitó para «realizar actos violentos, ataques con armas o con vehículos a población civil, creando con ello un peligro concreto e inminente de realización de estos actos».
«UNA PISTOLA DE LOS CHINOS»
A este respeto, el acusado se ha referido a las fotos de fusiles que almacenaba en su teléfono móvil. «No son armas de fuego, son capturas de pantalla de AliExpress. Mi sobrino quería que le comprase una pistola, yo entré a mirar y capturé una foto, nada más. Es una pistola de los chinos», ha asegurado.
En este contexto, Mohamed A. también ha dado detalles sobre las fotografías de cuchillos de grandes dimensiones que fueron encontradas en su terminal. «Lo busqué porque el cuchillo es una herramienta en casa con que subimos a sacrificar al cordero, y ya está», ha justificado.
Respecto a los vídeos que también se localizaron en su teléfono, en los que podía apreciarse una persona amputándose la mano y una reyerta entre dos personas con una pistola y un cuchillo, el acusado ha esgrimido: «Esos vídeos, ahora que estamos en el mundo de la tecnología, solo por pasar por una página se queda en el corazón (del móvil) que lo has visto».
Está previsto que el juicio oral continúe este martes con su segunda sesión y previsiblemente la última, en la que tanto el fiscal como la defensa del acusado expondrán sus conclusiones definitivas.