Es posible que no estés familiarizado con este término, pero puede ser que conozcas a una persona, incluso famosa, que lo tenga, fíjate en los ojos de aquellos que conoces y es posible que puedas darte cuenta de que el tamaño de las pupilas de los ojos de esa persona es diferente y eso es a lo que se llama anisocoria.
¿Qué es la anisocoria según la medicina?
La anisocoria se trata de un signo médico definido como una asimetría o diferencia de tamaño entre las pupilas de una persona, debido a que las mimas poseen un grado de dilatación distinto de esa estructura del ojo, y puede ser por causa de lo que se denomina miosis, que es una contracción de la pupila, o por causa de una midriasis, que es una dilatación de la pupila unilateral y anormal y se puede detectar rápidamente con el equipo 2Win.
¿Qué tipo de patologías pueden ser las causantes de una anisocoria?
Las patologías que pueden dar origen a una anisocoria se dividen en 5 grandes grupos, que son:
- Causas vasculares: producto de accidentes vasculares encefálicos como le pasó a David Bowie que recibió un golpe en un ojo siendo jóven, o de aneurismas cerebrales.
- Causas tumorales: aquí se encuentran los tumores cerebrales, así como el síndrome de Claude Bernard-Horner que se produce por la existencia de tumores en el tórax.
- Causas infecciosas: como la encefalitis, los abscesos cerebrales o la meningitis.
- Causas químicas: como el uso de ciertos medicamentos oftalmológicos como la atropina, entre otros.
- Otras causas: la presencia de un glaucoma.
Cuando se realiza la historia clínica, el examen físico y se revisan los antecedentes del paciente, es posible obtener una orientación sobre el tipo de patología que ha ocasionado la anisocoria. Cuando aparece de forma brusca una anisocoria luego de haber sufrido un traumatismo en la cabeza, es posible que sea la indicación de que hay una hemorragia intracraneal.
Ahora bien, si la aparición ha sido lenta y ha podido ser documentada, y se tienen antecedentes de dolores de cabeza, vómitos incontrolables, o visión doble, la anisocoria estará asociada con una patología de tipo tumoral. Pero si la anisocoria se presenta junto con dolor de cabeza, fiebre y la nuca rígida, puede ser señal de una meningitis.
En caso de que la anisocoria aparezca junto con un bastante intenso dolor del ojo, o dolor de cabeza, además de pérdida de la visión en uno de los ojos, lo más probable es que esté asociada con la presencia de un glaucoma.
¿Qué significa el término anisocoria?
Anisocoria es una palabra compuesta por una prefijo, una raíz y un sufijo: el prefijo es el término “ansio” que proviene del griego y significa desigualdad, que puede descomponerse en “an” e “iso”, que literalmente significa no igual, su raíz es “cor”, que viene del griego “kore” que es como se designa a las pupilas de los ojos, y el sifijo es “ia” que tiene origen latino y que hace referencia a una enfermedad o a un estado anormal o patológico. De modo que anisocoria literalmente quiere decir condición de pupilas de los ojos desiguales.
¿Qué supone sufrir de anisocoria?
Es normal que muchas personas tengan las pupilas de tamaño diferente y no sufran de ningún inconveniente a nivel de su salud, es más, se calcula que un veinte por ciento de todas las personas poseen pupilas con tamaños distintos. No obstante, en algunos casos, tener las pupilas con un tamaño desigual puede ser un síntoma grave en el ojo.
Hay que recordar que las pupilas de los ojos son las que permiten que ingrese la luz en el interior de la retina para que podamos ver. Si la condición de anisocoria es la expresión de alguna dolencia, lo que no ocurre en todos los casos, puede ser una señal de que la persona sufra de:
- Una dolencia del sistema nervioso.
- Sea un antecedente de un daño en los ojos.
- Sea una señal de que la persona corre el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Puede ser la manifestación de una infección de tipo viral.
- La expresión de una condición llamada pupila atónica de Adie, que se presenta cuando la pupila no responder de manera adecuada a la luz, tal como lo hace la otra pupila.
¿Cuáles son los síntomas de la anisocoria?
Es frecuente que las personas no se hayan dado cuenta de que tienen anisocoria, esto es, de que el tamaño de las pupilas de sus ojos es de diferente tamaño. De hecho, algunas sólo se dan cuenta cuando se ponen a ver fotografías antiguas y a compararlas con fotografías más recientes.
No obstante, si padecemos de anisocoria, y esta se trata de una manifestación de una dolencia médica del ojo, es posible que se presenten otros síntomas que se encuentran relacionados con la anisocoria, entre los cuales se encuentran:
- La ptosis o síndrome de párpados caídos.
- Inconvenientes al mover el ojo.
- Dolores en un ojo.
- Presencia de fiebre.
- Dolores de cabeza.
- Disminuye la sudoración de la persona.
En caso de que alguno de estos síntomas se presente junto con una anisocoria, debe hacer una cita inmediatamente con un oftalmólogo, para que se realice una evaluación concreta de la condición en que se encuentra el ojo.
¿De qué manera se hace el diagnóstico de una anisocoria?
Un oftalmólogo tiene que realizar un examen a las pupilas de los ojos del paciente dentro de una habitación bastante iluminada, y luego la colocará en una habitación a oscuras. Estas dos acciones le van a permitir al especialista poder determinar la manera en que reaccionan las pupilas del paciente frente a la presencia de la luz, estableciendo cuál pupila se encuentra en estado normal y cual se encuentra afectada en su diámetro.
Otro examen común que realizan los oftalmólogos es colocar los ojos del paciente en una máquina que funciona como un microscopio que posee una lámpara de hendidura. Con este aparato el oftalmólogo podrá analizar el ojo por secciones más pequeñas, de forma más detallada, facilitando la identificación de la dolencia concreta que tiene el paciente.
¿Cuál es el tratamiento que se debe seguir si se tiene una anisocoria?
Lo normal es que no requiera de ningún tratamiento, debido a que no ejerce ninguna influencia en la visión ni en el estado de salud visual del individuo, pero si se trata de una anisocoria que se presenta como consecuencia de la manifestación de otra dolencia, lo que debe ser especialmente tratado es esa otra dolencia, no la anisocoria en sí misma.