El turismo se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en un auténtico motor financiero para muchos países, que han encontrado en los deseos de conocer nuevos lugares de la gente un negocio importante para sus economías. España, por supuesto, no es ninguna excepción a esta regla, más bien al contrario.
En nuestro territorio, no obstante, solo existen dos comunidades que requieren pagar una tasa turística a todos aquellos que se dispongan a viajar a ellas.
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Las Islas Baleares se sumaron a esta medida cuatro años después que Cataluña, en 2016 para ser exactos. Con dependencia del tipo de alojamiento por el que se decidan los turistas, el precio de dicho impuesto oscila entre los 1 y 4 euros.
Así pues, la diferencia se debe al nivel del sitio en el que uno se quede, siendo distinto permanecer en un hotel de cinco estrellas, por el que se pagaría 4 euros, que en un camping, un albergue o en algún sitio modesto de ese tipo.
