La bechamel es una de las salsas más versátiles en la cocina. No solo se utiliza para gratinar deliciosos vegetales, sino que también es perfecta para dar cremosidad a la pasta, acompañar carnes e incluso para hacer las más ricas y cremosas croquetas. Ahora bien, una bechamel perfecta debe ser sedosa, delicada y sin grumos. Así que presta atención a todo lo que te diré para que te quede de lujo.
2Comienza cuidando las proporciones
Ni muy aguada ni como engrudo, la bechamel tiene su punto de consistencia ideal; el cual, tal como te comentaba, debe ser cremoso, suave y delicado. Por supuesto, en caso de hacer una bechamel para croquetas, esta debe ser más espesa.
Ahora bien, cuando de la bechamel tradicional se trata, las proporciones debes vigilarlas de cerca para que quede perfecta. Lo recomendable es usar: 80 gramos de harina, 80 gramos de mantequilla y entre 600 y 800 ml de leche, los cuales debes ajustar según lo cremosa o líquida que la desees.