Existen combinaciones de sabores que resultan una apuesta segura para cualquier ocasión. Las costillas con miel y mostaza son una auténtica delicia, pero además cuentan con otra gran ventaja: resultan sencillas de preparar, y no ocupan demasiado tiempo. Incluso se puede atender a otros asuntos mientras se cocinan en el horno.
A continuación te contamos cómo deben prepararse para que queden realmente increíbles. Así podrás disfrutar de una comida fantástica ideal para celebrar este verano con tu familia o amigos.
6Untar la salsa
Cuando las costillas ya estén fuera del horno, llega el momento más “creativo” de la receta, puesto que es necesario untar bien la salsa que se ha creado a base de miel y mostaza por toda la superficie de la carne.
Lo ideal en estos casos pasa por tener un pincel de cocina para extender bien la salsa por el lado superior (de momento dejaremos el inferior sin trabajar). Si no se dispone de este utensilio, se puede verter con cuidado, procurando que se empapen bien todas las costillas. Cuanto más impregnadas queden, más sabrosas estarán luego cuando se degusten.