El primero es considerado como el primer Papa de la Iglesia Cristiana y el segundo es el autor de uno de los cuatro evangelios canónicos de las Nuevas Escrituras, además de haber redactado una gran cantidad de epístolas en las que logró difundir la fe cristiana entre los pueblos. Desde la Edad Media se tiene la costumbre de felicitar a las personas en el día de su onomástico, cuando ya se había podido crear el Santoral Católico, dedicando cada día del año a reconocer la labor evangelizadora y las actuaciones y virtudes cristianas exhibidas por determinados individuos, gracias a los cuales han resultado ser beatificados o canonizados por la Iglesia o ambos.
San Pablo
También llamado Pablo o Saulo de Tarso, vivió en el tiempo de Jesús, pero no fue afín a sus ideas, de hecho, se sabe que participó en las primeras campañas de persecución a los cristianos, pero encontrándose camino de la ciudad de Damasco, poco después de que tuviera lugar la crucifixión de Jesús, tuvo una epifanía y se convirtió en aquello a lo que perseguía, un cristiano, que en aquel momento era considerara herético por el judaísmo. Pero no fue cualquier cristiano, sino que llegó a ser el más prolífico propagador de la nueva fe, imponiéndose la misión de llevar las palabras de Jesús a sitios tan alejados como Siria, Asia Menor, Grecia y por toda Palestina.
En sus epístolas, San Pablo adapto el mensaje de Cristo a la cultura helénica que predominaba en el Mediterráneo, facilitando su propagación fuera del ámbito puramente hebreo en el que había nacido y sus escritos no sólo fueron prácticamente las primeras interpretaciones del real mensaje del cristianismo, de modo que fueron cruciales para que esta fe pudiera desarrollarse teológicamente. De hecho, más de la mitad de los libros del Nuevo Testamento se atribuyen a su autoría.
San Pedro
Originalmente se llamaba Simón, pero Jesús le cambió el nombre a Pedro, era un pescador del mar de Galilea, junto a su hermano Andrés, y se dice que fueron de los primeros discípulos elegidos por Cristo, a comienzos de su vida pública. Es considerado el primer Papa y es mencionado constantemente por los evangelistas como uno de los más fieles discípulos de Jesús, a quien el propio hijo de Dios le asignó la tarea de ser la piedra sobre la cual edificaría su iglesia, tarea que también fue asumida por sus descendientes, a pesar de que durante la Pasión del Señor lo negó tres veces antes de que cantara el gallo, en la madrugada de su detención. Durante su apostolado, llegó hasta la ciudad de Roma y al ser apresado y condenado a muerte por crucifixión por sus creencias religiosas, San Pedro expresó que no era digno de morir de la misma manera en que lo hizo Jesús, por lo que pidió ser crucificado boca abajo, lo que se ha convertido en un símbolo cultural de paz.
Pero el santoral del 29 de junio no está completo con San Pedro y San Pablo, aunque sólo ellos dos justifican la celebración de un día especial, en el que habría que felicitar a tantos Pedros o Pablos que viven en España, sino que hoy es el día en el que se recuerda igualmente a San Casio, Santa Emma y San Siro.