Especias, fuego, un gran plato, sal y de pronto al probar, el gran desastre: se te ha ido la mano y terminas con una comida más salada que las aguas del mar muerto. Ante esta experiencia suele surgir la desesperación de forma inmediata y lo primero que viene a la cabeza es pensar que se ha perdido todo; sin embargo, no llores aún, pues hay maneras de rescatar el plato y aquí te contaremos algunos trucos para el rescate final del plato.
3La patata, la que te salva
La patata es una de las mejores aliadas para retirar el exceso de sal y esto se debe a su buen porcentaje de almidón, el cual es capaz de absorber la sal de los guisos y salsas.
Basta con lavar y pelar una patata y añadirla a la cocción. Déjala que se cocine entre 8 y 10 minutos y luego retírala. Esta habrá absorbido buena parte de la sal, dejando el plato con un mejor nivel de sazón.