Especias, fuego, un gran plato, sal y de pronto al probar, el gran desastre: se te ha ido la mano y terminas con una comida más salada que las aguas del mar muerto. Ante esta experiencia suele surgir la desesperación de forma inmediata y lo primero que viene a la cabeza es pensar que se ha perdido todo; sin embargo, no llores aún, pues hay maneras de rescatar el plato y aquí te contaremos algunos trucos para el rescate final del plato.
10Leche y nata aliadas para equilibrar la sal
Si estás preparando una salsa, la nata y la leche pueden ser tus aliadas para equilibrar el nivel de sal en el plato. Vierte un poco de alguno de estos ingredientes, mezcla bien y deja reducir.
En caso de estar preparando un arroz blanco, puedes añadir un poco de nata o leche y hacer que este quede cremoso. Aprovecharás de disfrutar un arroz sin exceso de sal y que además tendrá una consistencia exquisita.