En términos generales, se piensa que alguien fraterno es alguien cercano, con el que mantenemos una relación que trasciende a la amistad, pero algo bastante más complejo que eso, ya que engloba conceptos como el afecto y el respeto, por ello, en este artículo queremos desarrollar el significado del término fraternidad.
¿Qué es la fraternidad?
La fraternidad es un sentimiento que se tiene hacia otro individuo, que engloba conceptos como afecto mutuo, consideración por el otro y respeto hacia el otro. Básicamente, es un afecto que se da entre aquellos individuos que se estiman como si fueran hermanos, aunque no es necesario que exista ese vínculo familiar para que este sentimiento se desarrolle.
De hecho, el sentimiento de fraternidad puede existir entre personas que no poseen ningún tipo de parentesco, pero que llegan a estimarse como si fueran familia. También es un término que se emplea como sinónimo de relaciones como hermandad, ya que su procedencia es latina, de la palabra fraternitas, que a su vez deriva del término frater, que literalmente quiere decir “hermano”, aunque también se encuentra relacionado con el término sororidad, que significa “hermandad entre mujeres”.
¿Cómo se ha promovido la palabra fraternidad?
Su promoción ha sido llevada a cabo en distintas épocas y por diferentes religiones, doctrinas filosóficas y hasta organizaciones de carácter político, al punto que ha sido considerada como la base necesaria para el establecimiento de la convivencia armoniosa y pacífica entre los seres humanos.
No obstante, se trata de una palabra que igualmente es utilizada para nombrar a determinadas asociaciones de individuos que poseen y actúan en función de un interés que es común, ya sea grupos místicos, agrupaciones de honor o sociedades secretas, las cuales forman un grupo aparte de la sociedad en la que se encuentran inmersas.
Por esa razón, resulta común a través de la historia encontrar el término fraternidades, para referirse a organizaciones que pueden ser privadas o no, congregaciones de tipo religioso, cuyos miembros son designados con la palabra “hermanos” entre ellos mismos, como es igualmente el caso de las logias secretas como los rosacruces o las logias secretas masónicas.
También el uso de este término fue el que dio origen a la palabra fraile, que igualmente proviene del término fratres, que proviene del latín común. Modernamente también se designan como fraternidades a ciertos grupos juveniles como los boy scouts, o ciertas organizaciones estudiantiles universitarias, que son bastante comunes, sobre todo en los países de influencia anglosajona, que buscan fomentar el sentimiento de pertenencia de sus miembros, tratando de mantener los lazos aún después de graduados.
La fraternidad como un valor
Ciertamente, la fraternidad también representa un valor en la sociedad actual, como algo que es deseable que se genere entre los miembros de un determinado grupo, aunque es más típico de las agrupaciones de tipo religioso, filosófico o político y tuvo una trascendencia relevante en los períodos históricos de cambios.
Ejemplos de la fraternidad como valor
El primero que nos viene a la mente surge con el crecimiento del cristianismo, llegando a convertirse en una religión dominante en épocas más antiguas de Roma y Grecia, ya que la práctica de la fraternidad era un valor cristiano predicado por Jesucristo, promoviendo al mismo tiempo el sentimiento de igualdad entre los seguidores de su doctrina religiosa. Esto la hizo diferente a otras prácticas religiosas guerreras previas que venían desde la antigüedad, en las que existía una marcada diferenciación entre los plebeyos y los nobles.
Revolución francesa
Un poco más cerca de nuestra época, durante la Revolución Francesa, la fraternidad era uno de los ideales fundamentales del movimiento revolucionario, junto con la igualdad, por allá por el año 1789, ya que hasta ese momento predominaba una forma de gobierno absolutista en la que tradicionalmente se concentraban todos los poderes políticos y económicos en el rey y los miembros de la aristocracia, excluyendo al pueblo llano de las decisiones y del reparto de las riquezas.
Esa fue la semilla que germinó en el movimiento revolucionario, que se alzó en contra de la monarquía absolutista francesa de Luis XVI, creando una nueva estructura de gobierno denominada Estado, en la que todos los hombres no sólo serían iguales y se regirían por unas leyes predeterminadas que todos debían conocer, sino que también serían “hermanos”, de allí la utilización del término fraternidad como un valor deseable socialmente.
Movimientos socialistas e izquierdistas
En épocas más recientes, el uso del término fraternidad se demostró con el surgimiento del movimiento revolucionario de la izquierda, que llamó a todos los trabajadores “hermanos”, que debían unirse en una causa común con el lema “proletarios del mundo, uníos”, partiendo de la base de que la clase trabajadora, sin importar el país en que viviera, compartían unas condiciones injustas de vida.
Por esa razón, debían alzarse contra aquellos que detentaban el poder político y económico, y tomar para sí el gobierno, una lucha en la que debían participar todos los “hermanos”, para que otros “hermanos” fueran los encargados de gobernar y de repartir las riquezas entre la población de manera más equilibrada.
En función de esas ideas, los trabajadores debían abrazar el ideal de la fraternidad como un elemento importante que iba a permitir que fueran liberados da la opresión que sufrían por parte de las clases superiores, porque sencillamente eran más numerosos que la burguesía y que la nobleza que los explotaba.
Pero existen otros ejemplos de fraternidad en los que no se perseguía un fin económico o político, como fue el caso del alto al fuego en la navidad del año 1914, cuando se había iniciado la Primera Guerra Mundial, en la que en un gesto de fraternidad humana, los soldados franceses, británicos y alemanes dejaron las trincheras para tener un gesto de fraternidad entre ellos, conversando y compartiendo lo que tenían.
Desde el Vaticano
En el año 2020, la Tercera Encíclica del Papa Francisco tuvo por título “fratelli tutti”, esto es, hermanos todos, en la que convocó a todos los católicos y al mundo a desarrollar lo que llamó la “amistad social”, que básicamente es la hermandad que debe existir entre los pueblos, corrigiendo los errores de un mundo que se encuentra lleno de fundamentalismos y divisiones, y ahora aquejado por las desigualdades que se hicieron más patentes después de que el planeta experimentó la pandemia del Coronavirus.