Seguramente hay cosas que hacemos mal toda la vida. Por ejemplo, ¿pones el colador en el fregadero y luego echas la pasta hirviendo? Si esta es tu técnica para escurrir los espaguetis o los macarrones, te estás enterando en este momento que llevas toda la vida haciéndolo mal. Si te pones a pensar, en buena parte de las ocasiones hay pasta que se sale y acaba en el fregadero, si el agua rebosa puede impregnar de suciedad la pasta, y también puedes salpicarte y quemarte con el agua. Te contamos cómo se usa el colador para la pasta correctamente.
1Calentar abundante agua y llevar a ebullición
La tradición manda usar un recipiente en el que la pasta pueda moverse y crecer con espacio suficiente para que las piezas no se molesten entre sí. Podemos calcular unos 3 litros por cada 250 g de pasta seca. Si vamos a cocer pasta corta, será más cómodo emplear una cazuela ancha; las pastas largas necesitas ollas altas. Toma su tiempo que el agua hierva, pero si la metes antes de que suceda, solo conseguirás una textura guanga y una probabilidad bajísima de que quede en el punto perfecto. La pondremos al fuego a potencia media-alta, con la tapa para acelerar el proceso.