Cuando se trata de beber alcohol y coger el coche, la recomendación es clara: evitar en la medida de lo posible ponerse delante del volante. No solo porque estando ebrio aumentan las posibilidades de sufrir un accidente, y poner así en peligro a propios y ajenos, sino también por el riesgo de cargar con una multa.
Continúa leyendo para descubrir cuándo se da positivo en un control de alcoholemia y cuáles pueden ser las consecuencias para el bolsillo.
5El estómago vacío
La DGT siempre hace estos cálculos de los que os hemos hablado con personas en ayunas. Cuando por el contrario se bebe con el estómago lleno, los resultados también pueden variar.
Cualquiera que haya alternado con bebidas alcohólicas sin duda sabrá que este causa mucho más efecto (y también resaca al día siguiente, si uno se excede) cuando no se ha desayuno, comido o cenado con cierta abundancia.