El jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general Amador Enseñat y Berea, aprobó mediante resolución publicada en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa (BOD), la creación del distintivo para aquellos que superen los correspondientes cursos de especialización para la obtención del título de Artificiero del Ejército de Tierra.
En su resolución, el JEME esgrime el Título XI de las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas aprobadas por la Orden DEF/1756/2016, de 28 de octubre, que regula los distintivos y en una de sus normas indica que son símbolos que, “situados sobre el uniforme sirven para señalar ciertas cualidades o circunstancias de relevancia que distinguen o caracterizan a quien los ostenta”.
Igualmente, recogió el texto del BOD, las normas establecen que el diseño de nuevos distintivos “debe responder a criterios de sencillez y claridad”, que permitan la fácil identificación del motivo representado, siguiendo las normas propias de la heráldica militar.
El curso de artificiero, con una carga lectiva de 28 créditos ECTS (European Credit Transfer and Accumulation System), prepara para dirigir y en su caso ejecutar, todas las operaciones relativas a la manipulación, preparación para el transporte, almacenamiento, conservación, desbarate, destrucción, inutilización y recogida de las municiones reglamentarias del Ejército antes de ser utilizadas. También cualifica para la realización de las pruebas de acidez y estabilidad a los explosivos propulsores (pólvoras), determinadas en la normativa vigente.
La descripción heráldica del distintivo aprobado es la de un “escudo español cuadrilongo en gules (rojo), semicircular, con un borde dorado de 1 milímetro, jefe en plata; sobre el todo, seis pellas de artillería en oro dispuestas 3-2-1. La pella superior encendida en su color con la llama en jefe”. Sus dimensiones son de 30mm de alto por 25 de ancho, siendo su lado inferior un arco de circunferencia de 14 mm de radio.