El ejercicio físico es una tarea estrechamente relacionada con nuestra autoestima, además, la práctica de este tipo de actividad es cada vez más sencilla y de fácil disponibilidad. Estas características, unidas a complejos condicionantes de tipo psicosocial, facilitan o pueden facilitar que prácticas deportivas comunes como puedan ser el ir al gimnasio se conviertan en la expresión de una conducta adictiva. En el centro especializado en el tratamiento de adicciones, Instituto Noa, saben bien de qué tratamos cuando hablamos de adicción y deporte, ya que llevan años ayudando a recuperar sus vidas a todo tipo de personas.
Este centro de desintoxicación situado en Sevilla, reúne a un grupo de profesionales expertos en el tratamiento de las adicciones: psicólogos, psiquiatras, médicos y terapeutas de diversos ámbitos, conformando un equipo multidisciplinar y altamente cualificado.
Son ellos quienes nos ofrecen algunas pistas a la hora de saber si estamos teniendo una expresión deportiva más o menos exagerada o si, directamente, estamos ante un problema de salud en el cual existe una alteración más profunda que debe ser atajada y tratada cuanto antes.
Como decíamos al principio, ejercitarse es algo habitual y asequible en cualquier aspecto, ya sea de tiempo, económico o social. Es por ello que es complicado detectar si estamos ante un comportamiento adictivo o únicamente se trata de alguien que está cuidando de su cuerpo de una manera vigorosa.
Entonces, ¿cómo sabemos si una persona está realizando ejercicio por encima de lo que se considera un grado saludable?, ¿en qué momento esta conducta pasa a ser compulsiva? Los especialistas en tratamiento de adicciones, Instituto Noa, recomiendan estar atentos a algunos de estos puntos:
Ansiedad
Las personas que han desarrollado o están desarrollando este tipo de trastorno padecen de niveles crecientes de ansiedad cuando no pueden entrenar.
Ir al gimnasio constituye el centro de su bienestar emocional, sienten altos niveles de estrés cuando no pueden acudir o deben hacerlo en un número de horas o de días semanales menor al que se han autoimpuesto.
Reducción en las interacciones sociales
Esta reducción puede darse de dos maneras:
- No entablar relaciones sociales más allá de las que se dan en el entorno del centro deportivo (compañeros, entrenadores, etc.).
- Privilegiar la práctica del deporte al punto que se abandonan otras actividades de tipo social o incluso laboral.
Visión distorsionada del propio cuerpo
La dismorfia corporal o visión distorsionada del propio cuerpo es un rasgo frecuente en las personas que padecen este tipo de adicción. La autopercepción del paciente está totalmente condicionada por su desorden y no se ajusta en absoluto a la realidad objetiva que aprecia un observador externo.
No obstante, ante estos síntomas de alerta, el diagnóstico en este tipo de patologías debe ser siempre realizado por profesionales que sean especialistas en adicciones. Confíe en expertos capacitados y formados como Instituto Noa, ellos cuentan con las herramientas diagnósticas más precisas, conocen y manejan los medios y tratamientos más eficaces e innovadores para recuperar el control y ayudar a sus pacientes a vivir una vida libre de adicciones.