Dos variedades de bebida conocidas como vinos generosos son el vino amontillado y palo cortado, puesto que superan los 14 grados de alcohol y el Concejo Regulador los considera vinos secos, cuya preparación se remonta a las viñas de finales del siglo XVIII en España.
Estas variedades requieren de una elaboración supremamente compleja, por lo que solo las bodegas expertas son capaces de producir una bebida de la calidad requerida para la cata.
Teniendo en cuenta la complejidad y experiencia en su preparación, solo las compañías vinícolas con amplia trayectoria como Bodegas Robles son capaces de elaborar un vino amontillado o un vino palo cortado con las cualidades necesarias para convertirse en referentes de sabor en cualquier parte del mundo.
Vino amontillado: maduración y sabor natural
El vino amontillado proviene de una planta de uva tratada bajo el procedimiento de velo de flor. En esta preparación, el vino se cría en botas de roble americano, donde se forma una capa de levadura conocida como «flor» que nace espontáneamente en la superficie del mosto y potencia su sabor natural. Después de que la flor muera, la bebida se oxida al exponerse directamente al aire en un proceso de maduración que brinda el aroma, la concentración y la profundidad característica del amontillado. Finalmente, el sabor del vino se refuerza con un proceso de envejecimiento único de Solera y Criadera que equilibra la maduración y modela la sensación en boca, haciéndola más fresca.
Vino palo cortado: exclusividad y diferencia
Si bien el vino palo cortado pasa por unas fases de maduración similares al amontillado, su sabor y textura conservan algunas características organolépticas del vino oloroso, entremezcladas con el refinamiento aromático del amontillado. El vino Palo Cortado es una variedad exclusiva de preparar y surge de una alteración orgánica en el proceso de crianza biológica del mosto, el cual se vuelve a encabezar por encima del 17% vol. Reconduciéndolo a un proceso de envejecimiento que conserva esas cualidades diferenciadoras que lo convierten en un vino fino.
Estas dos variedades hacen que los vinos producidos por Bodegas Robles, tengan el respaldo internacional de calidad y sabor que todos sus clientes buscan a la hora de adquirir una botella. Sus procesos de elaboración conservan las formas de preparación de antaño, pero actualizadas al presente, no solamente para ofrecer un vino de mejor sabor, sino para adecuar sus procesos a las demandas ecológicas de la actualidad.