Sus nombres literalmente se traducen como ‘compañera’ y ‘amiga o dulzura’, en ese orden, y constituyen dos de las figuras femeninas que más se destacan del Viejo Testamento. De acuerdo con las cifras que aporta el Instituto Nacional de Estadística, en España aproximadamente 50.000 mujeres han sido bautizadas con el nombre de Noemí, Ruth o Rut, encontrándose éstas muy cercanas a la edad de los treinta años, ya que en la década de los años 80, estos dos nombres fueron destacados como de los favoritos en aquella época, así que por una cuestión de moda, tenemos la oportunidad de recodar la vida de estas dos figuras destacadas tanto para los hebreos como para los cristianos.
Santa Ruth y Santa Nohemí
Quizás te sorprenda saber que ambas son antepasadas de San José, el padre putativo de Jesús, y más aún cuando te enteres de que Ruth no era judía, sino moabita, pero contrajo matrimonio con Mahlón, quien si era judío e hijo de Noemí. Lo que ocurrió es que, eventualmente, ambas enviudaron y para poder sobrevivir, tuvieron que hacer juntas el camino de vuelta a Canaan, cuando a su paso por la población de Belén Efrata, Noemí solicitó que comenzaran a llamarla por el apelativo de ‘Mara’, debido a que consideraba que Yahvé la había tratado de una manera amarga. Al momento de llegar a Belén, era el tiempo de la cosecha y Ruth se puso a segar la tierra para obtener el sustento para ella misma y para su suegra, dando con unas tierrae que pertenecían a Boaz, un familiar cercano del esposo de Noemí, de nombre Elimélec, quien era efrateo de Belén de Judá. Con el tiempo Noemí pudo darse cuenta del parentesco y reconocer la intervención de Yahvé en este reencuentro.
Resulta que la tierra que Boaz estaba cultivando en realidad pertenecía a Elimélec, y cuando Ruth lo puso al corriente de su relación con Noemí, Boaz actuó con conciencia y con justicia, reconociendo este hecho y comprándole las tierras a Noemí, y conforme a las leyes judías del levirato, que también se conocen como las leyes del matrimonio del cuñado, Ruth pasó a ser esposa de Boaz, en beneficio de Noemí. Cuando Boaz y Ruth tuvieron un hijo, éste fue reconocido en realidad como hijo de Noemí, convirtiéndose en el heredero de todas las posesiones que luego se descubrirían que fueron propiedad de Elimélec de Judá.
Quizás el de Ruth es uno de los más patentes ejemplos de lealtad que aparezcan en el Viejo Testamento, debido a que sin haber nacido judía, y a pesar de las pésimas condiciones en las que la dejó su temprana viudez, en vez de regresar con los moabitas, decidió compartir la misma fortuna que su suegra, abrazando su fe y diciéndole que a donde ella fuera, Ruth iría con ella y compartiría lo bueno y lo malo.
Además de Santa Ruth y santa Noemí, el 04 de junio también es el onomástico de otros santos y beatos que dieron muestras de las preciadas virtudes del cristianismo, pudiendo mencionar a San Francisco Caracciolo, San Gualtero de Servigliano, San Metrófano de Bizancio, Santos Nicolás y Trano, San Opato de Milevi, San Petroc de Cornualles, San Quirino de Sisak y Beato Felipe Smaldone.