Un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) que ha sido publicado en la revista ‘The Lancet Infectious Diseases’ afirma que la dosis de recuerdo frente al coronavirus con las vacunas COVID-19 de ARN mensajero (ARNm) ha permitido reducir un 51 por ciento el riesgo de infección en la sexta ola causada por la variante Ómicron.
La variante Ómicron dio lugar a una sexta ola pandémica con la mayor incidencia de Covid-19 notificada hasta el momento en España, cuyo pico se alcanzó durante enero de 2022. Los resultados de esta investigación sugieren que la administración de las dosis de recuerdo (tercera dosis) supuso una estrategia importante para limitar los efectos de la Covid-19 durante esta sexta ola.
Este estudio revela la importancia de poder analizar múltiples bases de datos para obtener resultados científicos que, junto con otras herramientas, permitan analizar la efectividad de las actuaciones en salud pública. El estudio ha analizado datos de más de 4 millones de personas mayores de 40 años entre el 1 de enero y el 6 de febrero de 2022.
De esta manera, se realizó un seguimiento a personas con primovacunación completa, y se comparó el riesgo de infección entre aquellas que recibían una dosis de recuerdo y quienes no la recibían. La investigación ha estado liderada por Susana Monge, del Centro Nacional de Epidemiología (CNE-ISCIII), y en ella han participado más investigadoras de este centro; las áreas de Salud Pública e Infecciosas del CIBER-ISCIII; el Ministerio de Sanidad y la Escuela Salud Pública de Harvard, en Boston (Estados Unidos).
Las investigadoras han utilizado como fuentes de datos tres registros nacionales: el registro de vacunación REGVACU, el registro de resultados de laboratorio SERLAB y la base de datos de tarjeta sanitaria del Sistema Nacional de Salud.
Mediante un diseño de cohortes que simula los procedimientos de un ensayo clínico, se ha comparado el riesgo de infección entre personas con y sin dosis de recuerdo, en función de la edad, sexo, tipo de vacuna recibida en la primovacunación, tipo de vacuna recibida como dosis de recuerdo y tiempo entre la primovacunación completa y la administración del ‘booster’.
Este procedimiento y las fuentes de datos utilizadas permiten que los resultados sean significativos y representativos a escala nacional. Base para nuevos estudios Estos resultados señalan que las personas que ya habían recibido la dosis de recuerdo tenían un 51 por ciento menos de riesgo de adquirir la infección en comparación con quienes no la habían recibido.
Aunque esta reducción del riesgo puede parecer alejada de los resultados obtenidos en las primeras rondas de vacunación, su interpretación debe realizarse en el contexto de una transmisión viral muy elevada, tal y como se evidenció con el periodo de circulación de la variante ómicron.
En consecuencia, el beneficio absoluto estimado en términos de casos prevenidos ha sido muy elevado. De hecho, durante el periodo del estudio, las dosis de recuerdo evitaron 1.860 infecciones por cada 100.000 personas que la habían recibido; dicho de otro modo, evitaron aproximadamente una infección por cada 54 personas que las recibieron.
El conocimiento generado tras la administración de las primeras dosis de las vacunas sugiere, además, que la efectividad de la dosis de recuerdo para prevenir hospitalizaciones y defunciones por COVID-19 sea igualmente relevante.
El estudio ha analizado la protección conferida durante los primeros 34 días tras la administración de la dosis de recuerdo, por lo que la evolución de este efecto debe ser analizada y monitorizada en posteriores trabajos. Otros resultados reflejados en el artículo hoy publicado señalan que la protección conferida por la dosis de recuerdo es ligeramente mayor con la vacuna comercializada por la empresa Moderna que la de Pfizer.
Además, refuerza el efecto potenciado de la vacunación heteróloga (uso combinado de diferentes vacunas), de forma concordante con el estudio CombiVacs. En este sentido, el estudio demuestra que la protección vacunal es más elevada cuando la primovacunación se realizó con vacunas de Moderna o AstraZeneca que con Janssen o Pfizer.
En resumen, los resultados de este estudio del Instituto de Salud Carlos III confirman la efectividad de las dosis de recuerdo como estrategia de salud pública para limitar el impacto de la Covid-19 en la población española.