A pesar de que Ana María Aldón asegura en su exclusiva en la revista Lecturas que está en un gran momento con José Ortega Cano, que su matrimonio es sólido y que su llamada de atención pública de hace unos meses ha servido para que el diestro se ‘ponga las pilas’ y comiencen a disfrutar juntos de la vida, sus últimas imágenes en el camino del Rocío reflejan de todo menos unión y felicidad.
Rindiéndose a los deseos de la andaluza, el torero aceptaba hacer la popular romería hasta la Virgen del Rocío en Almonte y era este miércoles cuando ambos, en compañía de su hijo José María y de su mujer de confianza Marina, comenzaban el camino acompañados por unos amigos.
Sin embargo, ninguna muestra de cariño y nada de complicidad en la pareja, que se ha comportado con una frialdad que ha llamado mucho la atención, aunque Ana María ha dejado claro en su exclusiva – después del poco cariño con el que trató a Ortega Cano cuando fue al plató de ‘Sálvame’ a apoyarla en su debut en la ‘Fashion Week’ – que los besos se los da «en casa» y «las calenturas en la cama».
Quizás por eso su incomodidad en los escasos momentos en los que ha coincidido con su marido durante la primera jornada de romería. Mientras Ana María se ha mostrado de lo más sonriente y alegre junto a sus amigos – con los que preparó café entre risas – con el torero ni una muestra de cariño, ni una mirada cómplice ni un gesto cercano.
Es más, ha llamado la atención su fría actitud durante la comida que compartieron juntos con su pequeño José María, uno de los pocos momentos en los que se dejaron ver juntos porque la gaditana, con más fuerza que nunca, ha decidido hacer el camino a caballo con un grupo de amigos con los que en cambio si derrochó risas y alegría.