La fragilidad de los amantes, la incursión en un deseo que, más allá de aquello que anhelamos, nos conduce al paraíso, siempre minúsculo. Los cuarenta poemas que componen “Habitantes de un paraíso minúsculo” oscilan entre la necesidad íntima del encuentro con el otro y la de mantener la esencia de quienes somos.
Vertebrado a partir de una historia de amor que transita desde la ausencia hasta el encuentro, el poemario nos invita a sumergirnos en los distintos matices de la vivencia amorosa ─los múltiples dolores de la ausencia, la derrota temporal, la persistencia, las certezas íntimas, la virtud de la incertidumbre─, rasgando las fronteras entre sus tres componentes: tú, yo y nosotros. Se desprende, finalmente, la convicción de que, para amar bien, hay que ser valiente.
Remei González Manzanero (Barcelona, 1990) es poeta y profesora de Lengua Castellana y Literatura. Actualmente prepara una tesis doctoral en Didáctica de la Lengua. Es autora del poemario “La verdad que no vemos” (XVI Premio Águila de Poesía de Aguilar de Campoo 2020) y de los cuadernos de poesía “La confesión de la carne: Desdenes del vacío” y “El mundo de las almohadas”. Con “Habitantes de un paraíso minúsculo” ha obtenido el primer premio del II Certamen de Poesía La Equilibrista.
“Ven vertical a mí,
con las manos gigantes
despacio
irrumpe,
detente,
deshaz entonces la paz breve
de mis límites
indecisos, paraguas
inciertos, agujereados.
Aventúrate recto,
claro
directo
hacia esto nuestro,
alto, infinito,
párate aquí
en nosotros.
Yérguete aquí,
hacia arriba escalaremos,
nosotros,
aves de este minúsculo
paraíso vertical,
yo estaré apretando
con los pies
fuerte
el suelo. ” (Habitantes de un paraíso minúsculo)
En el Circo del Ojo, gobernado por lo mismo y regido por un corrosivo anfitrión, cada cual obtiene el premio que mejor merece. Puzles vitales, terror psicológico y humor punzante, sin más enseñanza a la obvia ni mayor gravedad a la, también obvia, que estraga la cabeza del autor. Una tentacular novela de pasillos estrechos, salas delirantes y puertas equívocas, donde cada uno es lo que parece y ninguno perece de lo que no es. Pasen y lean, damas y caballeros, la función en la que, para sobrevivir al otro, los cimientos de la realidad se alteran hacia la asfixiante verdad de uno mismo. Y donde la soberbia, la valentía o la inconsciencia de cada aspirante dirigen todas a la misma pregunta: ¿estás dispuesto a recibir el premio que las acciones de tu vida merecen?
Jesús María de Val, nacido en Madrid, es psicólogo educativo y licenciado en Criminología, actualmente enseña lengua española y lengua extranjera y coordina proyectos de prevención del fracaso escolar. Es ganador de varios premios literarios, tanto en la categoría de poesía como de relato y novela, y es autor de las siguientes novelas: “El Aroma del alma” (2018) y “Corazones de madera” (2020). Colabora a su vez para revistas literarias y antologías benéficas.
“Y ahora si me lo permiten, se hallan ante el único prodigio vivo que queda del mundo antiguo. ¿El sombrero de copa le va con el disfraz? No es un disfraz… Dicen que el ojo comparte la misma materia que se halló en el Olimpo de Grecia, que ya acompañó a Teseo en el laberinto y que hicieron falta cinco barcos para sacarlo del mar Egeo. ¿Ve como no es muy listo? El que figuraba en el laberinto fue el Minotauro. ¿Estaba usted allí, caballero del sombrero hongo? No, pero eso lo sabe hasta el último tonto. Claro, y Teseo no estuvo… Esa costra que lo cubre ¿es maquillaje? No creo que le gustase mi verdadero rostro. ¿Por qué es blanco? ¿El qué? El maquillaje. Por la misma razón. ¿El ojo es de verdad? De cristal. Me refería al que le pone el nombre al circo. Ese sí. ¿Y por qué no explica en qué consiste el prodigio del ojo? Igual si me dejan… Hable usted. El ojo pondrá ante su vista las delicias de una nueva vida.” (El Circo del Ojo)