Tras la detención de Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino, por el presunto asesinato por envenenamiento de su tía octogenaria para quedarse con su herencia, oscuros aspectos del pasado del actor están saliendo a la luz. Según diferentes fuentes, el intérprete de series como ‘Aquí no hay quien viva’ o ‘El comisario’ estaría obsesionado con el dinero y viviría por encima de sus posibilidades y, además de especularse con que habría mantenido algo más que una amistad con José Luis Moreno para conseguir trabajo, se ha dicho que tenía fijación con Carmen Lomana, a la que pidió conocer en varias ocasiones.
Una información desvelada por Teresa Bueyes – amiga durante años de Luis Lorenzo – que ha dejado completamente «en shock» a la socialité, que aclara que nunca llegó a ver al actor: «Le conocía como le puedes conocer tú de verle en series y cosas así. A lo mejor hemos coincidido y no me he enterado, pero uno más que me han presentado. Menudo elemento. Qué horror«.
«Él sabrá por qué me quería conocer, pero desde luego que conmigo no hubiera tenido nada te lo aseguro» apunta, confesando que le parece «una canallada lo que han hecho con esta pobre señora. Me parece algo del ser más horrible la verdad.»
«No sabemos muchas veces de quien estamos rodeados» señala Carmen, que afirma que no le da miedo pensar en qué podría haber pasado si le hubiese conocido porque «para que me envenenen tengo que meterlo en mi casa, ¿comprendes? Entonces no y yo ir a la suya tampoco«. «Aquí no entra nadie, vamos, bueno entra quien yo quiero y te puedo asegurar que no es envenenador nadie de mis amigos ni amigas» asegura.
«Me quedé en shock cuando leí que estaba obsesionado conmigo, sobre todo porque aparentemente era una persona estupenda, un actor normal… tengo amigos que lo conocen entre ellos Teresa Bueyes y luego me llamó y me lo contó que estaba siempre pico y pala que me quería conocer. Se nota que no me conoce» añade todavía sin dar crédito.
Espeluznada, Carmen no entiende el presunto asesinato cometido por Luis y su mujer y cree que «hay que ser muy necio, muy malo y muy tonto para creerse que iba a irse de rositas porque lo que han hecho es muy evidente. Esta señora cuando estaba en Asturias por lo visto se encontraba bien y cuando llegaba aquí encima la maltrataban una vez que les firmó el testamento».
«Me parece un ser despreciable que la sola idea de que esta persona pudiera pensar en mí, aunque fuese bien, me horroriza» admite.