¿Quién no ha visto alguna película en la que se narre la vida de esta famosa cristiana?, una gran figura histórica y una santa que fue canonizada en mayo del año 1920 por el Papa Benedicto XV, quien en vida fue conocida con el nombre de la Doncella de Orleans, que acabó su vida un 30 de mayo del año 1431 martirizada por el fuego cuando sólo tenía 19 años.
Santa Juana de Arco
Nacida en Domrémy, en la región de Lorena, inicialmente fue una campesina que logró ganarse la admiración de todo el pueblo francés, quien la considera su heroína, por causa del papel que tuvo en la finalización de la Guerra de los Cien Años. Según cuenta la tradición, esta joven recibió instrucciones del mismo Arcángel Gabriel, así como de Santa Margarita y de Catalina de Alejandría, quienes se die que la instruyeron sobre la ruta que debió seguir Carlos VII contra Inglaterra. Vestida como un hombre y con las instrucciones recibidas, se presentó ante el Delfín de Francia, y lo convenció de que era una enviada por Dios en la tarea de prestarle su ayuda para reconquistar el territorio francés. Finalmente el Rey accedió a convertirla en un caballero de armadura y portando un estandarte, se colocó al frente del ejército, y fue una de las grandes protagonistas del asedio de Orleans, logrando levantarlo en tan sólo nueve días, lo que ayudó a que el Delfín fuera finalmente coronado como Rey en la catedral de Reims y ella estuvo presente en la ceremonia simbólica de coronación, lo que levantó la moral de Francia, ya que las tropas francesa comenzaron a superar a las inglesas, hasta que pudieron reconquistar todo su territorio, expulsando al ejército enemigo.
Lamentablemente, la joven no pudo disfrutar del éxito obtenido, ya que dejó de recibir los consejos de los santos y del Arcángel y decidió regresar a su hogar, aunque antes de ello tuvo que enfrentar dos batallas, en la última, que fue la de Compiègne, Santa Juana de Arco fue capturada y fue vendida al ejército de Inglaterra, donde fue sometida a juicio por un Tribunal Eclesiástico, acusada de practicar la brujería, y de estar en comunicación con Satanás, siendo encontrada culpable y condenada a morir en la hoguera, hecho que aconteció en la plaza de Ruán. Posteriormente, en las Guerras de Región en Francia, Santa Juana de Arco fue el gran símbolo de los partidarios de la Liga de Católicos. Cuando Félix Dupanloup fue nombrado Obispo, fue el principal abanderado del proceso de beatificación de Santa Juana de Arco, lo que logró en el año 1909 y finalmente fue canonizada, como antes dijimos en el año 1920.
Son muchos los estudios que se han hecho, y no sólo desde el punto de vista histórico de esta santa, sino hasta desde el punto de vista psiquiátrico y de la medicina, que han llegado a la conclusión de que sufría de algo que hoy en día podría ser considerado una dolencia mental, pero en aquellos tiempos era considerado misticismo, y que el hecho de que no mestruara, es decir, que sufriera de amenorrea, probablemente se debiera a sus hábitos alimenticios y a la actividad corporal que desarrollaba, tal como le ocurre a grandes deportistas destacadas en nuestros días.
Sin duda, Santa Juana de Arco representó todo un símbolo para la religión cristiana en Francia, y su importancia ha trascendido los siglos, no obstante, el 30 de mayo también recordamos la vida y la sobras de otros santos y beatos que completan el santoral de este día que son: San Fernando III, San Anastasio de Pavía, Santa Dinfna, Santa Emmelia, San Gabino de Porto Torres, San Huberto de Tongres, San Lucas Kirby, San Matías Kalembra, San Palatino mártir, San Sico mártir, San José Marello y Beato Otón Neururer.