El Real Madrid se proclamó este sábado campeón de Europa por decimocuarta ocasión en su historia después de derrotar por 1-0 en la final de la Liga de Campeones celebrada en el Stade de France al Liverpool inglés, un rival que gozó de las mejores ocasiones y que se chocó ante un descomunal Thibaut Courtois y el idilio que tiene el conjunto madridista con esta competición.
El ‘Rey de Europa’ aplicó su condición ante el aspirante y volvió a dejar claro que, más allá de proyectos de Superligas, su historia se agranda sobre la Copa de Europa, la antigua o la más ‘nueva’. La semana pasada se llevó algo de disgusto con el fallido fichaje de Kylian Mbappé, pero de la ciudad del delantero se llevó seguramente un premio mejor.
Catorce ‘Orejonas’ ya, el doble que su perseguidor, todavía el Milan, y nueve jugadores de su actual plantilla ya con cinco, las mismas que Cristiano Ronaldo, ya menos ‘Mr. Champions’, un honor que pasa ahora a Carlo Ancelotti, récord de los entrenadores con cuatro. Un estreno para Courtois, héroe de la noche parisina, como el pasado mes de febrero, y vital con sus paradas cuando el hexacampeón más apretó, aunque tendrá que compartir ese honor con Vinicius Jr, autor del gol del triunfo.
Un título que confirma el cuarto doblete de la historia Liga-Copa de Europa y cierra una temporada exitosa con la que no contaban demasiados, pero que se fue labrando en Europa a base de épica y sufrimiento. Esta vez no hizo falta ninguna remontada ni goles postreros, pareció bastarle conocer como nadie la fórmula para ganar finales continentales y sobreponerse a un partido donde sufrió mucho por momentos.
El inicio de partido, retrasado hasta más de media hora por los problemas fuera del estadio con la entrada de seguidores, fue complicado para el conjunto merengue. El Liverpool, con Thiago en el once, fue fiel a su estilo y arrinconó con su presión a su rival, privado del balón y fe cualquier conexión con Benzema, Vinicius y Modric. El duelo era ‘red’, pero el aluvión en cuanto a ocasiones no tanto.
Mané fue vital en este arranque, apareciendo por todos los lados y dificultando mucho las cosas a la zaga madridista. En cambio, el senegalés, que conectó muy bien con Thiago, no logró tener el acompañamiento ni de Salah ni de Luis Díaz, muy buen sujetado por un poderoso Carvajal, que realizó un gran despliegue por ambos lados.
Aún así, fue el egipcio el que lanzó las dos primeras amenazas, sobre todo un complicado remate cerca del área pequeña tras una buena acción de Alexander-Arnold, replicada con una buena mano de Courtois. Mejor fue la que tuvo Mané minutos después, pero su gran disparo encontró una mejor respuesta del belga, cuya estirada envió el balón al palo.
A partir de ahí, gracias al trabajo de Kroos, el Real Madrid empezó a coger aire. Al alemán no le quemó la pelota y junto a él creció Modric. El choque se equilibró, se empezó a jugar también en las cercanías de Karius, lo que ayudó a Benzema y Vinicius. El francés tuvo la mejor ocasión tras un gran pase de Alaba, pero no acertó a resolver con su sangre fría y aunque terminó posteriormente enviando el balón a la red, una larga espera en el VAR para ver si la pelota venía o no de un contrario, lo anuló.
COURTOIS HACE DE ORO EL GOL DE VINICIUS
Tras el descanso, se vivió otro partido, más prolongación de lo que había sido el tramo final de los primeros 45 minutos. El Real Madrid se encontró más cómodo, controló mejor el ritmo, ayudado porque corrigió los desajustes que le creaba Mané, con buenas acciones de anticipación de Casemiro, y porque el Liverpool tampoco tuvo tanto ímpetu.
Poco a poco, con más espacio para poder conectar con sus mejores jugadores y la pelota fue más suya. Los de Juergen Klopp seguían intentando ser ahora los que aprovechasen más las transiciones, con un Salah que mejoró sus prestaciones del primer tiempo y fue el más que peligró llevó y sólo la noche de Courtois evitó su revancha.
Y el Real Madrid fue el que golpeó primero. Modric amasó la pelota y encabezó una jugada por la derecha que acabó con una cabalgada de Valverde a la espalda de Robertson. El uruguayo entró en el área y golpeó con fuerza y aunque no encontró portería, sí la aparición fulgurante de Vinicius para hacer el 1-0 antes de la hora de juego.
El tanto desperó al Liverpool, que no tuvo más remedio que lanzarse ya sin excesivos miramientos hacia Courtois, que fue entonces cuando respondió de una manera que le podría hacer acreedor de premios individuales mayores que el ‘MVP’ del choque. El belga le amargó la noche a Salah con una mano sensacional, una salida a tapar de mucho nivel y, sobre todo, un parada antológica tras un control excepcional del egipcio que no sabía qué hacer ya para lograr el empate.
El conjunto inglés no se rindió y continuó probándolo de todos modos y con todo su arsenal ofensivo, pero enfrente tenía a un Real Madrid que demostró el por qué de su capacidad de supervivencia en Europa. No logró sentenciar en un par de contragolpes muy claros, pero las prisas no ayudaron a los de Klopp y el ‘Rey de Copas’ volvió de nuevo a cumplir ese dicho de que «no juega las finales, las gana».