Antes de que los videojuegos se apoderasen del mundo los niños también se divertían, y lo hacían de forma mucho más sencilla. Jugando en la calle, por ejemplo, o con los típicos juegos de mesa que a todos nos encantaban en aquella época. Los de MB, Bandai o Parker eran los favoritos de todos.
Estas empresas comercializaban numerosas apuestas de juegos de mesa o tablero en los 80 y 90 para entretener a pequeños y a jóvenes, a familias enteras, y toda carta a los Reyes Magos que se preciaba tenía alguno de estos juegos como petición formal a sus majestades. Vamos a hacer un repaso de ellos.
[nextpage title= «Tragabolas»]
Hubo unos años que todos querían un tragabolas en casa. Nadie podía aguantar las ganas de jugar con los hipopótamos de colores y comer más bolas que su compañero. Una cosa que no se veía en el anuncio es el ruido que hacía el juego. Insoportable.
Tragabolas fue uno de los juegos más famosos de MB y todos los pequeños lo querían para poder jugar con sus amigos en casa. Cada partida duraba aproximadamente un minuto o dos, pero cargado de diversión.
El juego consistía en soltar las bolas blancas en el centro del tablero de juego y después cada jugador pulsaba la palanca de su hipopótamo para alargar el cuello, que abriera la boca e intentar capturar cuantas más bolas posibles.
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Ratonera (MouseTrap) era también uno de los juegos más famosos y populares de los 80 y 90 por su diseño espectacularmente ingenioso. Sobre todo era un juego de tablero normal y corriente, con ratones como protagonistas.
El juego tenía una máquina genial de Rube Goldberg. En ciertas ocasiones, el jugador tenía que activar la máquina haciendo girar una rueda, que a su vez desplegaba un sofisticado proceso con el que cazar a los ratones situados en cierta parte del tablero.
La diversión estaba asegurada con esta caza de ratones sin par. Los niños lo querían y se lo pasaban pipa cazando los roedores y el tablero servía para jugar a más cosas, con imaginación.
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Este juego era toda una locura, ya en el anuncio de televisión se intuía, pero al llegar a casa y probarlo se podía comprobar lo que era de esperar. Chincheando era la versión española de BedBugs.
El juego representaba a un pobre señor que intentaba echarse una siesta en su cama, pero el pobre no podía porque había un montón de chinches multicolores no se lo permitían. Los niños tenían que ayudar a este hombre a conseguir calma.
La cama de juguete tenía un motor interno que hacía que el cartón con la ilustración temblase, y entonces las chinches saltaban sin parar. El objetivo del jugador era coger todas las chinches de su color, y hacerlo antes que sus contrincantes.
[nextpage title= «Operación»]
Este juego era el colmo de la sofisticación y a los padres les encantaba porque pensaban que los niños que lo querían es que iban a ser futuros médicos. ¿Quién no ha jugado alguna vez a Operación?
Eras un médico mientras jugabas, era lo más. El mecanismo de este juego era muy simple pero bien pensado. Hacías una delicada operación con unas pinzas metálicas, y el jugador tenía que extraer algunas partes del paciente sin que las pinzas tocaran el fondo de la cama.
Si se tocaba (o rozaba) la cama, esta detectaba las pinzas y sonaba y encendía la luz de la nariz del paciente, indicándote que habías perdido. Las partes a sacar del paciente eran muy graciosas: hueso de la fortuna, hueso eléctrico de la alegría, manzana de Adán…
[nextpage title= «Simon»]
Este juego era la versión española de «Simon Say». Este juego de finales de los 70 se hizo de lo más popular en la década de los 80 porque llegó a España con MB. A todo el mundo le encantaba este juego, y enganchaba.
En España para jugar se utilizaba la frase «Simón dice» seguido de una combinación aleatoria de colores con sonidos. El jugador tenía que repetirlo y cada vez se hacía más larga y con más pasos.
Lo que más llamaba la atención del juego era el llamativo diseño que tenía, con mucha pinta de ser puntero en tecnología con las luces y el sonido. Lo mejor era que se trabajaba la memoria de los que jugaban.
[nextpage title= «Heroquest»]
HeroQuest fue el intento de MB por lograr que los juegos de rol llegaran a un público más numeroso. Salió a finales de los 80, y gustó mucho por la novedad que suponía para muchas personas que no conocían los juegos de rol.
El juego combinaba los clásicos juegos de tablero, y lo mezclaba con la figura de un máster, varios personajes y sus características, con mobiliario, mazos de cartas, y cosas así. Muy complejo y divertido para los jugadores.
Por cierto, que hubo una campaña de Crowdfunding con motivo del 25 aniversario de HeroQuest para hacer un HeroQuest 25 aniversario, publicando una réplica del juego conservando el espíritu y los detalles del juego original.
[nextpage title= «Scattergories»]
La frase del anuncio todavía se utiliza, seguro que muchas veces has escuchado, sin tener nada que ver con una partida lo de «es mi Scattergories y me lo llevo». Viene del famoso chiste del «Barco» como animal acuático…
Scattergories era el tipo de juegos más específico de diversión con creatividad y un poco de pensar, al estilo del Trivial Pursuit, Pictionary u otros. Este tipo de juego llegó a tener otros nombres como Tutti Frutti o Stop.
Para jugar los jugadores tienen que escribir palabras que empiecen por la letra elegida, dentro de una categoría seleccionada. Y no valían inventarse cosas absurdas, como lo de decir «barco» cuando preguntaran un animal acuático.
[nextpage title= «Tarántula»]
Tarántula tuvo mucho éxito en España. Estaba basado en una pieza de plástico, que parecía ser una montaña rocosa, en la que había una zona de redes de telas de araña (era una parte metálica) con varias arañitas.
Lo que tenía que hacer el jugador era capturar las arañitas de esta zona sin tocar la parte metálica. En caso de tocar esta parte se activaba un mecanismo que hacía saltar a la araña madre hacia nosotros, como si nos atacara.
Así que era muy parecido a Operación solo que no pensado para futuros médicos sino más bien para futuros cazadores de arañas. El pulso era lo más importante en el juego, como en Operación.
[nextpage title= «Ahorcado»]
El Ahorcado (Hangman) estaba basado en el juego al que todos alguna vez hemos jugado en papel. Así que era una versión de ese juego a lo pro. En el juego venían dos cajas, una azul y otra roja, en la que cada jugador colocaba las letras de su palabra.
Cada uno tenía que descubrir la palabra oculta del otro. Tenía un curioso mecanismo para que se viera el proceso de ahorcado en el que se estaba su adversario. Se trataba de adivinar la palabra del otro.
No hubo anuncio en español, no recordamos ni canción ni frasecilla pegadiza, pero sí que fue muy popular porque a los padres les gustaba que los niños jugaran con letras, era como aprender un poco cosas interesantes.
[nextpage title= «Cocodrilo sacamuelas»]
También se hizo muy popular y este sí, es probable que fuera gracias a su anuncio de televisión, el juego Cocodrilo sacamuelas. En este juego el jugador asume el rol de explorador y debe sacar las muelas a un cocodrilo.
Tienen que ser las muelas correctas, no otras, ya que de lo contrario, este se enfadaría y te saba un buen mordisco. Sí, mordía de verdad, así que jugar era muy divertido porque creaba mucha expectación.
Como tenía tanto éxito se crearon varios juegos orientados a este tipo de público infantil, como Bongo Kongo u otros como Splat. Todos ellos los recordamos con cariño y con gran nostalgia.
