- En este nuevo Ikigai, Yong Wu Nagahira sigue apostando por la evolución de su propuesta gastronómica, ofreciendo una experiencia enriquecedora al servicio de la técnica, el producto y la originalidad.
- Una oda al hedonismo donde se pueden encontrar tanto exitosos platos de su primer local como nuevas creaciones, sus afamados nigiris y algunos clásicos de la cocina nipona, conformando uno de los recetarios japoneses con más personalidad de Madrid.
- Ikigai Velázquez conserva la arquitectura realizada hace más de 30 años por Noldi Sherck, con un interiorismo inspirado en un apartamento neoyorquino de los 80, un espacio muy cosmopolita y acogedor.
Yong Wu Nagahira, uno de los jóvenes chefs del momento, inaugura su nuevo proyecto en el Barrio de Salamanca bajo el nombre de Ikigai Velázquez. Así, el chef ofrece una segunda dirección en la capital con el mismo nombre que su primer restaurante, pero que cuenta con grandes novedades en su cocina y un espacio llamado a convertirse en uno de los lugares de referencia de la ciudad.
En la calle Velázquez 136, en un local que ha sido parte de la historia gastronómica Madrid (acogió el mítico restaurante Rugantino), el joven chef Yong Wu Nagahira consigue ensalzar su cocina y acercar al público de la capital su propuesta japonesa más completa y ambiciosa con su sello personal. Un lugar donde se pueden encontrar muchos de los éxitos de su primer local, pero también nuevas creaciones, conformando uno de los recetarios japoneses con más personalidad de Madrid.
Una bodega a la altura
En este nuevo Ikigai Velázquez, Yong Wu Nagahira sigue apostando por la evolución de su propuesta gastronómica, ofreciendo una experiencia enriquecedora al servicio de la técnica, el producto y la originalidad. El chef es capaz de brillar por igual con una comanda centrada en los grandes iconos de la cocina nipona –que indudablemente debe finalizar con una ronda de sus afamados nigiris–, como con otra más libre en la que la creatividad y el ADN viajero de Yong Wu Nagahira tome todo el protagonismo.
Toda esta experiencia para el paladar se completa con una ambiciosa carta de vinos con más de 175 referencias y 25 propuestas diferentes de sake, una coctelería de alto nivel, y un espacio cosmopolita y acogedor que incita a alargar las sobremesas.
Ikigai Velázquez, un lugar que traslada al Nueva York de los años 80
Ikigai Velázquez ha querido conservar la especial arquitectura realizada hace más de 30 años por el arquitecto Noldi Sherck, respetando las curvas en las paredes y los techos abovedados, apostando por un interiorismo inspirado en un apartamento neoyorquino de los años 80, hasta crear un espacio muy cosmopolita y acogedor.
Tras cruzar la puerta de Ikigai Velázquez llama la atención la proyección en las escaleras de varias visitas cenitales de Nueva York que dan una primera pista de la inspiración de este nuevo espacio diseñado por Cousi Interiorismo. Una vez dentro, en la planta baja, las diversas lámparas de los años 80, la moqueta en tonos beige y negro, los espejos, los muebles lacados en negro con detalles de acero cromado, y las hornacinas curvas de las paredes que albergan objetos decorativos, crean un ambiente de lo más cálido. Tanto su barra de sushi, con unas butacas antiguas de piel negra y acero, como en la sala principal y el reservado –en tonos dorados y con mesa ovalada entre cortinas del mismo tono–, permiten disfrutar en el mejor entorno de las creaciones de Yong Wu Nagahira.
Sobre Ikigai
En 2018, Yong Wu Nagahira abrió las puertas del restaurante Ikigai, concretamente en un local ubicado en la calle de la Flor Baja, a unos minutos de la Gran Vía madrileña. Su primer proyecto personal donde la cultura gastronómica española se cuela en su propuesta y donde por fin ve el reflejo de lo que son sus ideas. El resultado es una propuesta fresca y relajada de un chef que se considera de ninguna parte.
En 2022, Yong Wu Nagahira da la bienvenida a su segundo proyecto, ubicado en la calle Velázquez, donde ofrece una cocina japonesa que por un lado es el reflejo de lo que lleva cuatro años haciendo en Ikigai, y por otro, ofrece un toque personal que lo hace distinguirse de la cocina clásica japonesa.