El bizcocho de anís dulce se impone ante todos como uno de los más aromáticos y deliciosos. Si bien, su miga es suave y su sabor y aroma es sencillamente divino, no se puede dejar de lado que cuando se te va la mano con el anís, este puede llegar a ser demasiado fuerte para algunos paladares.
Hacer un bizcocho con la cantidad justa de anís, te brindará la posibilidad de disfrutar de un rico sabor y aroma delicado sin llegar a sobrepasar al paladar.
1El anís, una planta con historia
Hay aromas que son inconfundibles y el del anís es uno de ellos. Además, el suave olor y sabor del anís, es capaz de ofrecer un viaje en el tiempo y llevarnos a esa época de las rosquillas dulces que con tanto cariño preparaban las abuelas.
La primera referencia histórica que se tiene de esta planta, se encontró en papiros egipcios y en escritos romanos y griegos. Por lo que se puede asegurar entonces que estamos ante una planta milenaria que ha sido aprovechada por generaciones. Su uso no solo llega a los menús gastronómicos del mundo, sino que también es usado para muchas otras cosas.